Compañeros (Vamos a matar, Compañeros)
1970
Italia/Alemania/España
Director: Sergio Corbucci
Reparto: Franco Nero, Tomas Milian, Fernando Rey, Iris Berben, Jack Palance, José Bódalo, Karin Schubert, Eduardo Fajardo, Gino Pernice, Tito Garcia, Gerard Tichy, Lorenzo Robeldo, Simon Arriaga, Rafael Albaicin, Jose Canalejas, Alvaro de Luna, Jesus Fernandez, Victor Israel, Giovanni Petti, Giovanni Pulone, Claudio Scarchilli, Pablo Gonzalez
Guión: Sergio Corbucci, Massimo De Rita, Fritz Ebert, Dino Maiuri
Fotografía: Alejandro Ulloa
Música: Ennio Morricone
Durante la revolución que asoló Mexico a principio del siglo XX, Yodlaf Peterson (Franco Nero), traficante de armas sueco, llega a San Bernardino para vender su mercancía al mejor postor.
Nada más llegar conoce al "Vasco"(Tomas Milian), lugarteniente de Mongo, un general que afirma luchar por la revolución pero que realmente busca enriquecerse durante la misma.
Para ello quiere las armas del "Pinguino" (mote que le pone a Yodlaf el Vasco nada más verle por su peculiar atuendo), pero necesita poder coger el dinero que guarda la caja fuerte del banco local. Pero el único que conoce la combinación es Xantos, un líder del pueblo pacifista, que está preso en Fort Yuma detenido por los norteamericanos.
Yodlaf aceptará ir a rescatarlo, con la ayuda del Vasco.
Segunda parte de las tres películas que Corbucci dirigió sobre la revolución mexicana.
En dicha "trilogía"(si se puede llamar de esta manera), Corbucci va mutando el porcentaje de humor que añade a cada película. Mientras que en "Salario para matar" es leve, a la tercera película ("!Qué nos importa la revolución!"), se la puede considerar directamente como una comedia. Esta que nos ocupa hoy es perfecta como trampolín entre las otras dos.
Franco Nero repite de nuevo como protagonista, y se puede casi afirmar que su personaje es el mismo que ya vimos en "Salario para matar". De un mercenario/táctico militar como era "El Polaco" ahora es un traficante de armas. Igual de cínico y con los mismos principio morales que hacen que solo mire por él.
Nero está tan cómodo como siempre, y su actuación es la base de las tres patas sobre la que se cimienta el éxito de la producción.
Otra de esas patas es sin duda Milian. "Vasco" es seguramente su mejor papel en el spaghetti, seguido de cerca por su "Cuchillo". Milian sustituye a Tony Musante en el papel del compañero mexicano que sirve como contrapunto al de Nero.
Vasco es un tosco y paleto mexicano, que por azar acaba acompañando a un extravagante (a sus ojos) extranjero. Vasco cree firmemente en las palabras de Mongo que le habla de luchar para lograr la revolución, pero sus pocas luces no le sirven para ver que su general es poco más que un bandido que se aprovecha del caos general en Mexico. Poco a poco, sobre todo gracias a las charlas con Xantos, va abriendo los ojos y dándose cuenta de que la revolución es mucho más que hacerse con dinero.
La dirección de Corbucci es el tercer factor importante de la ecuación que conforma la película. El director sabe aportar ritmo, y logra que en ningún momento el interés por la historia decaiga. Con una técnica depurada, Corbucci logra lo que parecía imposible en el spaghetti, más allá de Leone; lograr un estilo único e inconfundible, notable tanto en "Compañeros" como en "Salario para matar".
Más cercana al cine de acción o de aventuras a secas que al spaghetti al uso, es en la personalidad de la mayoría de los que pueblan la película lo que lo acerca al genero, además del apartado visual, claro.
Ayuda la fenomenal fotografía del español Alejandro Ulloa, y como no la banda sonora de Morricone. Sobre todo la canción principal, con letra en español en el original, un tema de lo mejor del spaghetti.
Si hubiera que destacar alguna escena, muchas serian las elegidas. Desde el ultimo gran tiroteo contra la banda de Mongo, pasando por el incidente de la foto que quieren hacerle a Vasco, el duelo que abre y cierra la película o las continuas discusiones que ambos mantienen a lo largo de todo el metraje.
Completando el reparto encontramos a Jack Palance en en papel de un pistolero asesino adicto a la marihuana, con un águila como "ayudante", y con alguna deuda pendiente con Yodlaf, donde seguramente su falta de la mano derecha pueda ser un motivo de la misma.
El gran Fernando Rey es Xantos, papel ideal para él, como es el de una especie de filosofo, hombre culto e ilustrado, que aboga por una salida pacifica a los tiempos que vive su país. Sus enseñanzas son seguidas por devoción por una parte del pueblo de San Bernadino, aunque de una forma algo equivocada. Josë Bódalo tampoco se queda corto en su recreación de Mongo Alvarez, el oportunista enmascarado en la piel del líder revolucionario.
Eduardo Fajardo no puede falta en un filme de Corbucci, aunque su papel sea minino.
Y la alemana Iris Berben es Lola, la mujer que acaba logrando lo que busca.
Aunque Corbucci sabe anteponer la acción, "Compañeros" no está exenta de cierta carga moral, representada sobre todo en los dilemas que Xantos no deja de proponer a cualquier tipo de violencia, palpable sobre todo en una escena entre él y sus seguidores en la parte final.
Corbucci logra una de sus mejores películas de una obra ya de por sí notable, y es que "Vamos a matar COMPAÑEROS" es recomendable para cualquiera amante del buen cine, ya que por ella no pasa el tiempo.
PUNTUACIÓN:
HISTORIA: 10
AMBIENTACIÓN: 9
DIRECCIÓN: 10
ACTORES: 9
MÚSICA: 8
MEDIA: 9.2