miércoles, 29 de junio de 2011
lunes, 27 de junio de 2011
"Los españoles del western" Entrevista y Reseña
Pasaros por allí para leerla.
jueves, 23 de junio de 2011
domingo, 19 de junio de 2011
Sin destino (Blackthorn)
Este es su trailer oficial:
jueves, 9 de junio de 2011
Tambores de venganza
1971
Italia
Director: Mario Gariazo
Reparto: Ty Hardin, Craig Hill, Gordon Mitchell, Rossano Brazzi, Edda Di Benedetto, Rosalba Neri, Pinuccio Ardia, Jenny Atkins, Raf Baldassarre, Renata Black, Federico Boido, Stelio Candelli, Giuseppe Castellano, Giovanni Cianfriglia, Bruno Corazzari, Andrea Fantasia, Ugo Adinolfi, Fedele Gentile, Guido Lollobrigida, Tony Stevens, William Mayor, Vittorio Moroni, Nello Palladino, Patricia Patterson, Riccardo Pizzuti, Umberto Raho, Marilyn Rubi, Aldo Sala, Gaetano Scala, Attilio Severini , Luigi Tropeano, Nino Vingelli, Luciano Vincenzi, Robert Whitman, Paolo Perone
Guión: Franco Daniele, Mario Gariazzo, Nello Rossati
Música:Ennio Morricone, Claudio Tallino
Película italiana de 1971 también conocida como “El día del juicio” que contó con un limitadísimo presupuesto como los otros dos spaghettis rodados por Mario Gariazo, un guionista y director que comenzó filmando tres westerns para, posteriormente, rodar películas de todo tipo de géneros desde poliziescos con una gran carga de violencia como “Sin conciencia” (1973) hasta filmes de explotación como “Hermano del espacio” (1988) que claramente intentaba aprovecharse del éxito del largometraje dirigido por Steven Spielberg “E.T. El extraterrestre”, pasando por películas de terror (“Play Motel” de 1979).
Un hombre al regresar de la Guerra de Secesión encuentra su rancho quemado y a su mujer, de raza india, y a su hijo asesinados. A partir de ese momento urdirá un plan para acabar con los criminales a través de un macabro plan para cuya consecución se valdrá de un juguete de su hijo (un pequeño tamborilero que se mueve dándole cuerda durante un minuto) y de su capacidad para travestirse.
Nos encontramos de nuevo ante el manido tema de la venganza que en esta ocasión está planteado sin ningún tipo de originalidad, incluso en el personaje principal se puede rastrear la huella de otros spaghettis. Así no sólo son claras las influencias de clásicos como “Por un puñado de dólares”, que cuenta con su respectiva reseña, (al protagonista le llaman El extranjero y logra obtener la confianza y convivir con aquellos a los que va a matar) sino también de otros spaghettis como “Django el Bastardo” (ya comentado en el blog) ya que al igual que en la película interpretada por Anthony Steffens por momentos se consigue una atmósfera un tanto irreal, incluso El Extranjero llega a afirmar: “Existen los fantasmas. Dejad que os lo diga yo que vivo entre los muertos”, y si aquél llevaba las cruces de los individuos a los que iba a matar, en ésta película el protagonista porta sus ataúdes; o de “Apocalipsis Joe” por la querencia del antihéroe hacia los disfraces (de enterrador, de jorobado transportista de ataúdes, de indio).Pero, para mí, el mayor problema del film, que no me ha gustado, radica en la ausencia de un mínimo de suspense a lo largo del mismo, tanto por un guión, escrito por el propio Gariazo, en el que todo nos lo dan hecho (desde el inicio el protagonista conoce la identidad de los asesinos) por lo que la película se reduce a una sucesión de duelos muy similares con la utilización del tamborilero (juguete que da el título a la película), reiterados hasta el aburrimiento y en los que El Extranjero repite siempre la misma frase sobre la duración de la cuerda del juguete; como por una dirección carente de ritmo, apresurada, falta de imaginación y con abuso del recurso, a lo Pekinpah, de congelar las imágenes de los pistoleros abatidos por El Extranjero. Además para poder llegar a una duración estándar y como la historia de la venganza no daba para mucho más, Gariazo se inventa otra subtrama, la de unos cómicos llegados al pueblo, lo que da lugar a escenas que rompen aún más el ritmo del film como una larguísima, soporífera, cutre (por la falta de extras haciendo de público) y carente de la más mínima tensión de la representación que llevan a cabo estos actores, en la que nos encontramos con los típicos primeros planos repetidos hasta la saciedad de las caras de varios personajes mirándose y sin decir nada, y todo ello con el único objeto de ver cómo acaba el protagonista vestido de piel roja y de un lanzazo con uno de los forajidos; mientras que otras carecen de lógica como la del asalto por parte de cuatro pistoleros a la caravana de los artistas (¿Qué pretendían obtener si se ve que los cómicos son unos muertos de hambre?).
Además hay diálogos, no sé si será por el doblaje, que rayan el absurdo, así la india que trabaja con los comediantes informa al protagonista que: “Cuatro hombres nos han pedido que les acompañemos a Silverstone. Nos bajaremos en el desvío”, para inmediatamente después preguntar la misma india “¿Has dicho en el desvío para Silverstone?”. Pues no sé, debe de tener el personaje un desdoblamiento de personalidad porque parece que mantiene conversaciones consigo misma.
En cuanto a la banda sonora, ya no es que no sea original sino que alguien decidió “tomar prestados” los temas que compuso Ennio Morricone para la película de Sergio Corbucci “Los despiadados”.
Por lo que respecta a los actores, el western está protagonizado por un decadente Ty Hardin, actor al que no sé si es que le ofrecían productos de calidad ínfima o no tenía mucho ojo para escogerlos porque los tres spaghettis que he visto con él de protagonista (“El hombre del valle maldito”, éste y “Los violentos de Texas”, también dirigido por Gariazo) son flojísimos. Junto a él un avejentado Rossano Brazzi, actor italiano de recursos escasos pero que gozó de bastante popularidad a partir de finales de los cuarenta lo que le llevó a trabajar en las dos décadas siguientes en producciones norteamericanas con directores de la talla de Mervin LeRoy, Jean Negulesco, Joseph L. Mankiewicz, David Lean, Douglas Sirk, Henry Hathaway, Joshua Logan o Delmer Daves, da vida al sheriff del pueblo; Craig Hill, otro actor norteamericano que como Hardin emigró a Europa en busca de mejor fortuna, como el director de la troupe de cómicos, Rosalba Neri en un papel cortísimo interpreta a la esposa del protagonista que, si no recuerdo mal, no tiene ni una línea de diálogo; y Gordon Mitchell, otro norteamericano en este caso reciclado del cine de espadas y sandalias, en el rol de uno de los ayudantes del sheriff. Todos ellos bastante tienen con enfrentarse a los personajes que les han tocado en suerte.
En definitiva, para mí, un mal spaghetti realizado con un paupérrimo presupuesto (creo que podemos estar hablando casi de serie Z) que se hace muy tedioso tanto por un guión carente de ideas como por una dirección vulgar y recomendable tan sólo para aquellos que tengan verdadero interés por este subgénero y quieran conocer todo tipo de spaghettis.
PUNTUACIÓN
PUNTUACIÓN
HISTORIA: 3.
AMBIENTACIÓN: 4.
DIRECCIÓN: 3.
ACTORES: 5.
MÚSICA: 0.
AMBIENTACIÓN: 4.
DIRECCIÓN: 3.
ACTORES: 5.
MÚSICA: 0.
MEDIA: 3.
lunes, 6 de junio de 2011
EL ÚLTIMO MOHICANO
1965
España/Alemania/Italia
Reparto: Joachim Fuchsberger, Karin Dor, Daniel Martín, Anthonny Steffens , Carl Lange, Marie-France, Stelio Candelli, Ricardo Rodriguez, Kurt Großkurth, Angel Ter, Alexander Kerst, Mariano Alcón, Frank Braña, Rafael Hernández, Cris Huerta, Ricardo G. Lilló, Jean-Claude Mathieu
Guión: J. Joachim Bartsch, Roberto Bianchi Montero, José Antonio de la Loma, Giovanni Simonelli
Fotografía: Ricardo Andreu, Ernst W. Kalinke, Giuseppe La Torre, Francisco Marín
Música: Franceso De Masi, Peter Thomas
Los indios hurones con su jefe Magua al frente y el apoyo de unos bandidos acaban con el último poblado de los mohicanos al mismo tiempo que, a cambio, asaltan a una columna del ejército para apoderarse del oro que transporta, pero los soldados logran refugiarse en el rancho-fortaleza del Coronel Munro. La situación se agravará con la presencia de otra columna con las hijas del coronel que también será atacada por Magua y a la que ayudarán Uncas, el último de los mohicanos y enemigo declarado del jefe hurón, y su hermano de sangre, el cazador Ojo de Halcón.
Nueva versión de la popular novela escrita en 1826 por James Fenimore Cooper que ha sido llevada numerosas veces a la pantalla grande, desde la época del cine mudo con la versión de 1920 en la que Wallace Beery interpretó a Magua, pasando por la protagonizada por Randolph Scott en 1936, hasta la más famosa dirigida en 1992 por Michael Mannn con Daniel Day-Lewis en el papel de Ojo de Halcón y Madeleine Stowe como Cora.
En esta ocasión los guionistas, entre ellos el habitual de la productora de los hermanos Balcázar José Antonio de la Loma y el francés J. Joachim Bartsch, adaptan libremente el texto original. De hecho se centran en la primera parte de la novela (la odisea de las hermanas Munro para llegar al fuerte en donde les espera su padre y el posterior sitio de la fortificación) y suprimen la parte central que dio origen al libro: la masacre del fuerte William Henry perpetrada por los indios hurones en 1757 ante la pasiva actitud del ejército francés al mando del marqués Montcalm.
Además tampoco respeta las coordenadas espacio-temporales de la obra original ya que el libro de Cooper se desarrollaba durante la Guerra de los Siete Años (1756-1763), que en Norteamérica enfrentó principalmente a los británicos y a los franceses por el control de amplios territorios de caza y por el comercio de pieles al oeste de los Apalaches y en torno a la región de Los Grandes Lagos; mientras que en la película la historia tiene lugar durante la segunda mitad del siglo XIX en las grandes zonas desérticas del suroeste.
Por último, los personajes también sufren importantes modificaciones. Así hay algunos que desaparecen como el músico que acompañaba en la novela a las hijas del coronel Munro, sustituido por el cocinero de la columna (único personaje que sirve de contrapunto cómico); otros pierden importancia como es el caso de Ojo de Halcón que cede el protagonismo a Uncas e incluso desaparece durante buena parte del film; mientras que algunos de ellos (Cora, el coronel Munro o Chingachgook) tienen un final diferente.
Las modificaciones que contenía el libreto respecto a la obra original más la participación en la dirección de Harald Reinl, un director alemán de cierto prestigio vinculado durante estos años con la poderosa Central Cinema Company Film alemana y responsable de cuatro de los filmes del Oeste basados en las novelas del escritor Karl May, dieron lugar a un western de atmósfera clásica que seguía claramente la estela de los cuatro westerns anteriormente citados buscando, supongo, repetir su éxito, de tal forma que la relación entre Uncas y Ojo de Halcón e incluso ambos personajes recordaban claramente al jefe indio Winnetou y a su hermano de sangre Old Shatterhand.
El film, que contó con un presupuesto notablemente holgado para este tipo de producciones gracias sobre todo a la participación junto con la Balcázar Producciones Cinematográficas de la International Germania Film, abandona por tanto toda referencia histórica y se centra sobre todo en las escenas de acción, estupendamente rodadas por Reinl (sobre todo las del enfrentamiento en La Quebrada del Águila Negra y las del asalto al rancho, con la espectacular voladura de la montaña) en detrimento de las relaciones entre los personajes que quedan más desdibujadas, sobre todo la doble historia de amor entre el mayor Hayward y Alice (bastante ñoña) y la apenas esbozada de Uncas con Cora.
Otros aspectos positivos del largometraje son:
La estupenda fotografía que retrata bellamente los habituales paisajes desérticos almerienses y los más infrecuentes de la Ciudad Encantada de Cuenca, llamada en el largometraje el Jardín de los Árboles Petrificados. Una lástima que no se filmarán más spaghettis en esta última porque los resultados fueron por lo general muy buenos, como en “Johnny el Vengador” o “Salario para matar” (ambas con sus respectivas reseñas en este blog).
La variada, apropiada y bien utilizada banda sonora de Peter Thomas (otras fuentes dan como coautor a Francesco de Massi, pero en los títulos de crédito de la película no aparece como tal), aunque, curiosamente, me gustaron más varios temas que se escuchan a lo largo del film que la melodía principal.
Por lo que se refiere a los actores, al tratarse de una coproducción italo-germano-española nos encontramos con intérpretes de las tres nacionalidades que tienen que lidiar con unos personajes muy pocos perfilados. El, para mí, limitado actor español Daniel Martín, actor que ya había participado en uno de los primeros westerns rodados en España (“Gringo” de 1963), fue el encargado de dar vida a Uncas. Anthonny Steffens, en el año de su debut en este subgénero y con su verdadero nombre de Antonio de Teffe, interpretó, con su inexpresividad habitual, a Ojo de Halcón; mientras que Karin Dor y Marie-France poco pueden hacer con los papeles que les tocaron en suerte, las hijas de Munro Cora y Alice; mejor parados, creo que, salen los alemanes Joachim Fuschberger (actor habitual en una serie de películas de suspense basadas en novelas de Edgar Wallace dirigidas en su mayor parte por Alfred Vohrer y el propio Harald Reinl) como el mayor Hayward y Carl Lange como el duro coronel Munro capaz, según sus propias palabras, de fusilar a parlamentarios a pesar de llevar bandera blanca.
Por último tengo que referirme a la chapucera edición de Filmax que, aunque cuenta con una imagen y un sonido aceptables, omite casi veinte minutos de película lo que da lugar a cortes bruscos entre las distintas escenas (conté hasta tres que se producen abruptamente mientras habla un personaje) con lo que, supongo, este hecho afecta al desarrollo narrativo de la película. ¿Tanto hubiera costado haber respetado la versión íntegra y haber subtitulado las partes no dobladas? Por lo que se refiere a los extras, directamente no existen.
Como curiosidad comentaros que ese mismo año se rodó otra adaptación de la novela de Cooper “Uncas, el final de una raza”, también protagonizada por Daniel Martín, más fiel al original, con un presupuesto mucho menor (según he leído en el estupendo libro de Gutiérrez Recacha “Spanish western. El cine del Oeste como subgénero español 1954-1966” la versión dirigida por Reinl contó con casi veinte millones de pesetas mientras que ésta apenas alcanzó los catorce) y unos resultados, por lo que también he leído, claramente inferiores desde el punto de vista técnico, artístico y comercial.
En definitiva una película simple pero muy entretenida, con un acabado técnico notable y un ritmo trepidante, aunque tanto narrativa como estéticamente muy alejada de lo que entendemos por spaghetti western.
PUNTUACIÓN:
PUNTUACIÓN:
HISTORIA: 6
AMBIENTACIÓN: 6
DIRECCIÓN: 6
ACTORES: 5
MÚSICA: 7
AMBIENTACIÓN: 6
DIRECCIÓN: 6
ACTORES: 5
MÚSICA: 7
MEDIA: 6
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