lunes, 30 de agosto de 2010

PLAZO PARA MORIR



Plazo para morir (All'ombra di una colt)
1965
España/Italia
Director: Giovanni Grimaldi
Reparto: Stephen Forsyth, Aldo Sambrell, Conrado San Martín, Anna Maria Polani, Helga Line, Franco Ressel, Graham Sooty, José Calvo, Javier de Rivera, Andrea Scotti, Rafael Albaicín, Hugo Blanco, Xan das Bolas, Gino Cassani, Alvaro de Luna, Tito García, Sancho Gracia, Franco Lantieri, José Marco, Hugo Ricardo.
Guión: ldo Barni, Aldo Luxardo, Giovanni Grimaldi, Maria del Carmen Martinez Roman
Fotografía: Stelvio Massi, Julio Ortas
Música: Nico Fidenco



Coproducción hispano-italiana bastante irregular dirigida en 1965 por Giovanni Grimaldi, guionista y director ocasional especializado en comedias (dirigió en varios films a los inefables Franco Franchi y Ciccio Ingrassia) que desarrolla un tema, el de la condición trágica del pistolero y sus dificultades para redimirse, tratado por el western clásico norteamericano en infinidad de ocasiones (en la película se dejan ver las huellas de films como “Horizontes lejanos”, “El pistolero” o “Raíces profundas”) y que tratarían, entre otros, en este subgénero, para mí, con más acierto Rafael Romero Marchent en su más que estimable “Ocaso de un pistolero” rodada ese mismo año y Alfonso Balcázar con la notable “Clint el Solitario” de 1967.



Duke y Steve son dos pistoleros. Este último está cansado y desea abandonar esa vida casándose con Susan, la hija del primero, a pesar de la oposición del padre que le advierte de que le mataría si se casa con ella. No obstante Steve, aprovechando que Duke queda malherido en un enfrentamiento con unos bandoleros mejicanos, decide llevar a cabo sus planes. Pero abandonar esa vida es más difícil de los que Steve pensaba, máxime al instalarse en un pueblo, Providence, controlado por un grupo de facinerosos, a cuyo frente se encuentran Jackson y Buck, que se han ido adueñando de todos los comercios y ranchos de la zona.



Uno de los aspectos destacados del film, que te predisponen a favor del mismo, son los títulos de crédito a base de dibujos mientras se escucha un acertado tema recitado que nos introduce en el tema principal de la película, al señalar que: “Ansias tengo de sentir entre mis manos la cálida madera del arado, del rubio trigo la punzante espiga y las mejillas de la esposa amada. Mas no puedo que debo matar”. El nivel se mantiene bastante alto tanto con la primera escena, caracterizada por su naturalidad, con los dos pistoleros a caballo mientras Steve rebela sus planes a Duke y éste le advierte de la práctica imposibilidad de llevarlos a cabo ya que su vida está ligada a un revólver y siempre habrá un pistolero que quiera hacerse famoso matándolos; como con el posterior enfrentamiento, que recuerda en cierta forma a “Los siete magníficos”, de los dos pistoleros con unos bandoleros mejicanos que tenían sometido a los habitantes de un pueblo. Pero a partir de ese momento la película se hace cada vez más aburrida debido a un guión obra, entre otros, del propio director incapaz de desarrollar los aspectos más dramáticos de la historia y en el que se intenta dar importancia a las escenas más intimistas que, sin embargo, quedan bastante ridículas y falsas. A ello hay que añadir una labor poco inspirada y bastante desacertada tras la cámara del director en esta parte central, que contrasta con el magnífico desenlace de la película con un duelo, un tiroteo y un enfrentamiento final entre los dos antiguos camaradas realmente buenos, en los que destacan un sobresaliente montaje y una acertadísima planificación de las escenas con bellísimos planos y encuadres hasta el punto de que parecen realizados por otro equipo, aunque en su debe hay que señalar que recurren en alguna ocasión a la cámara rápida.



Junto a los créditos y al gran final destaca como elemento positivo la banda sonora compuesta por Nico Fidenco que cuenta con un buen tema principal de inspiración clásica (el inicio me recordó a la canción de los títulos de crédito compuesta por George Dunning para el western de Delmer Daves “El tren de la 3:10”). La única pega, para mí, es que se repite en exceso.



La irregularidad de la película se repite en el casting; así Steve está encarnado por el actor canadiense Stephen Forsyth que tan sólo intervino en diez films, hecho que no me extraña porque es uno de los peores protagonistas que he visto en un spaghetti y se muestra incapaz de transmitir la más mínima emoción a un personaje, en principio, bastante interesante. Por el contrario nos encontramos con un gran Conrado San Martin como Duke, un pistolero que se rige por un estricto código del honor en el que la palabra dada es ley. Lástima que su personaje desaparezca durante buena parte del metraje porque la película gana mucho cuando está presente. El personaje de la anodina Susan está interpretado por Anna María Polani, actriz también de carrera muy corta a la que no conocía, que pasa totalmente desapercibida. En roles negativos aparecen una desaprovechada Helga Liné (mujer de turbadora belleza) en un tópico papel de ambiciosa vampiresa (incluso es francesa), antigua amante de Duke pero enamorada de Steve, al que traicionará por despecho aliándose con Jackson; Franco Ressel como un caricaturesco Jackson que caerá rendido ante la belleza de Helga Liné y protagonizará junto a ella alguna escena verdaderamente ridícula; y Franco Pesce que nada puede hacer ante un personaje, el del Buck socio del anterior, que se caracteriza por tener paralizada la mano derecha y resulta bastante grotesco. Junto a ellos algunas caras conocidas de este subgénero como un convincente José Calvo que aporta su mirada y gestos cansados al personaje del honrado sheriff, aunque se ve impotente para frenar las tropelías de Jackson y Buck, un joven Sancho Gracia que pagará muy cara su osadía de enfrentarse a Steve (un experimentado pistolero que parece tener ojos en la espalda) o el recientemente fallecido Aldo Sambrell en su típico papel de bandolero mejicano que recuerda vagamente a Calvera.




En definitiva un spaghetti del montón fuertemente influido por el western norteamericano (incluso se rinde homenaje a la escena inicial de “Centauros del desierto”), bastante soso en su parte central pero con un gran final.

PUNTUACIÓN

HISTORIA: 5.
AMBIENTACIÓN: 5.
DIRECCIÓN: 6.
ACTORES: 5.
MÚSICA: 6.

MEDIA: 5,4.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Sorteo DvD "El Bueno, El Feo y el Malo"


Para conmemorar los tres años del 800 SW en la red, vamos a regalar a uno de los seguidores/lectores del blog una copia original de la película cumbre del spaghetti, que no es otra que "EL Bueno, el feo y el malo", del maestro Sergio Leone.

¿Como participar?.
Muy simple, primero escribe un comentario (con tu nombre o apodo) en esta entrada diciendo que quieres participar, y después mandarme un correo a mi email (la dirección viene en mi perfil) con tu nombre o apodo, nombre real, y dirección.

El día 25 de septiembre sortearé el DVD entre los concursantes, y diré aquí quien es el ganador.

Espero que los que aún no tenéis esta obra maestra en dvd original (o quereís tener otra) os animéis a participar, y mucha suerte a todos.

Nota1: El DvD es original. Es la edición que aparece en el pack "Wanted, clásicos del spaghetti", editado por Filmax.

Nota2: El coste del envío del DvD correrá también a mi cuenta, para que el ganador no tenga que pagar nada.

Nota3: El envío será a nombre completo del ganador (para evitar que se usen nombres falsos y aumentar las posibilidades de ganar).

En rojo (Cortometraje)

Hoy recupero un corto del año 1995 realizado por Jose Manuel Meneses, que es un homenaje a Leone.
Espero que os guste:

martes, 24 de agosto de 2010

Erase una vez...el western (fotos rodaje)

Cortometraje dirigido por Fernando Montano Galvañ, del cual podemos disfrutar de estas fotos del rodaje, a la espera del resultado final:



lunes, 23 de agosto de 2010

THOMPSON 1880


Thompson 1880
1966
España/Italia
Director: Guido Zurli
Reparto:  George Martin, Gia Sandri, Gordon Mitchell, Paul Muller, José Bódalo, José Jaspe, Ignazio Spalla, Pasquale Basile, Consalvo Dell'Arti, Mike Monty, Aïché Nana, Osiride Pevarello, Giovanni Ivan Scratuglia, Dino Strano, Giovanni Sabbatini, Giovanni Tsao, Giovanni Petti, Antonio Basile, Nino Fuscagni, Nino Nini, Jose Aspre, Omero Capanna, Gippo Leone 
GuiónEnzo Gicca Palli , Jaime Jesús Balcázar
Fotografía: Víctor Monreal, Franco Villa 
Música: Marcello Gigante

Coproducción hispano-italiana de la factoría Balcázar dirigida en 1966 por Guido Zurli que se apunta tardíamente a los títulos de westerns con nombres de armas que estuvieron tan en boga en los años cincuenta en Estados Unidos (Springfield Rifle, Winchester 73, Colt 45), para, en este caso, narrarnos un episodio en la vida del ingeniero Raymond Alec Thompson, supuesto creador de una rudimentaria metralleta.

Desert Spring es un pueblo controlado por Brady y sus secuaces que a través de métodos “legales” consistentes en arruinar a la competencia se han hecho con todos los negocios del pueblo, desde el saloon hasta los colmados, imponiendo precios abusivos a la población. Hasta el pueblo llegará un curioso y desarrapado forastero montado en un mulo que pronto tendrá problemas con Lucky (lugarteniente de Brady) y sus hombres, por lo que ayudado por una mujer llamada Sheila (hija de uno de los dueños arruinados de un colmado que desde el primer momento ha plantado cara a Brady), intentará acabar con esta situación.

La película tiene un comienzo prometedor con un prólogo, un tanto irónico, en el que un forastero es acribillado por Lucky y sus secuaces por haberse negado a pagar el precio desmesurado de una jarra de cerveza, terminando la escena con un plano en el que se ve un cartel dando la bienvenida a los forasteros; pero a partir de ese momento se va a desarrollar un film aburrido que cuenta con un guión repetitivo, tópico y sin imaginación de Jaime Jesús Balcázar y Gica Palli en el que da la sensación de que todo está supeditado a la sorprendente escena final con el protagonista portando una rudimentaria metralleta de su invención con la que acabará con la mayoría de pistoleros. Tampoco ayudan la dirección vulgar y por momentos descuidada (por ejemplo en la escena del enfrentamiento final anteriormente citada, que está deficientemente rodada) del poco conocido Guido Zurli (de la información que he recopilado sobre él, sólo reconocí su participación en el guión de “Sangre sobre Texas”), ni los saltos narrativos provocados por los más que probables cortes en la edición que he visto (la copia que tengo apenas dura 80 minutos, mientras que circula otra que llega a los 88).

A todo ello hay que añadir un presupuesto limitadísimo (estamos hablando de un spaghetti serie b con lo que este hecho supone en un subgénero cuyas películas no se caracterizaban por su elevado coste económico) apreciándose esta circunstancia, entre otras cuestiones, en sus escasas localizaciones; así la mayor parte de la película se desarrolla en el pueblo y en interiores que, en más de una ocasión, me dieron la sensación de ser habitaciones de estudio; y las escasas veces que la cámara sale al exterior se repite el mismo paraje en torno a un riachuelo, con independencia del lugar al que se dirijan los personajes.

En cuanto a la banda sonora obra de Marcello Gigante está al mismo nivel que el resto de los elementos de la película, careciendo incluso, como generalmente solía ocurrir en este tipo de films aunque fueran flojos, de un buen y pegadizo tema principal.

Por lo que respecta al reparto, al frente del mismo se encuentra el atlético George Martin (Francisco Martínez Celeiro) que, con su inexpresividad habitual, da vida al supuesto creador de la metralleta, un personaje muy alejado del prototipo del antihéroe del spaghetti ya que carece de las sombras y la ambigüedad moral de éste y ni tan siquiera sabe usar las armas de fuego, por lo que los tiroteos son sustituidos por abundantes peleas. Junto a él un correcto José Bódalo en un papel bastante visto en el western clásico como el alcoholizado (arrastra un pasado trágico al haber condenado a la horca a un inocente) pero lúcido y honrado juez del pueblo que se caracteriza por recitar a los clásicos (entre ellos el famoso monólogo de Marco Antonio en el Julio César de Shakespeare), que no acepta convertirse en una marioneta de Brady y, finalmente, también se rebelará contra él; Gia Sandri en un papel más importante del que solían tener las mujeres en este subgénero (incluso mantiene una prescindible pelea en el saloon con varias "bailarinas") y Gordon Mitchell (actor que, procedente del peplum, debutó ese año en el spaghetti) en un rol un tanto absurdo de un pistolero que se comporta como un anacoreta que vive en el desierto, al que en su día los hombres de Lucky rompieron todos los dedos de las manos salvo el pulgar, aunque nunca sabremos los motivos, y que da la sensación de que su única razón de ser es que el director pudiera filmar un tiroteo ante la posibilidad de que la película estuviera quedando bastante sosa por su escasa violencia.

En definitiva un spaghetti muy flojo, con clarísimas limitaciones presupuestarias y que carece, incluso, de un buen tiroteo decentemente rodado, por lo que creo que es sólo recomendable para aquellos que sientan verdadero interés por este subgénero.


PUNTUACIÓN:

HISTORIA. 3.
AMBIENTACIÓN: 2.
DIRECCIÓN: 3.
ACTORES: 5.
MÚSICA: 3.

MEDIA: 3,2.

jueves, 19 de agosto de 2010

Walter Barnes


Actor estadounidense (West Virginia 1918- California 1998) también conocido como Walter “Piggy” Barnes.

Dado su físico (medía alrededor de un metro y ochenta y cinco centímetros y era de complexión atlética) antes de dedicarse a la interpretación jugó como profesional desde 1948 hasta 1951 en el equipo de futbol americano de los Philadelphia Eagles.

Su debut en la pequeña pantalla se produjo en 1956 en la serie protagonizada por Rod Cameron “State Trooper” y hasta 1960 se le pudo ver en multitud de series, fundamentalmente de acción o del oeste, como “Colt45”, “Zane Grey”, “Cheyenne”, “Maverick”, “La ley del revólver” y ”Bronco”; trabajos que alternaría con sus apariciones en largometrajes realizados por directores de la talla de Bud Boetticher en “Nacida en el Oeste” (1959) protagonizada por Randolph Scott y Howard Hawks en su célebre “Río Bravo”, junto a John Wayne.

En 1959, tras participar en una serie rodada en los Alpes alemanes, decide permanecer en Europa e interviene en una coproducción italo-estadounidense, “Bajo diez banderas” protagonizada por Van Heflin y Charles Laughton. A partir de ese momento, y hasta 1970, se convertirá en un secundario habitual del cine de aventuras rodado en el viejo continente (solo en 1961 se le pudo ver en siete películas que le emparejaron con, entre otros, Lex Barker, Fernando Lamas, Richard Harrison o Roger Moore)

Su primer papel en un eurowestern fue en “El capitán intrépido” película de 1963 dirigida por Mario Caiano e interpretada por el malogrado hijo de Errol Flyn, Sean Flyn. Desde ese momento y hasta su regreso a los Estados Unidos en 1970, participará en diez eurowesterns más entre los que destaca la estupenda “El halcón y la presa” protagonizada por dos leyendas de este subgénero, Lee Van Cleef y Tomas Milian, y en la que interpretó al corrupto terrateniente Brokston.

Tras su regreso a su país natal y hasta mediados de los ochenta trabaja con bastante regularidad, alternando sus apariciones en series de gran éxito (“El Gran Chaparral”, “Bonanza”, “Misión Imposible”, “Norte y Sur”) con sus intervenciones en la gran pantalla en largometrajes como “Infierno de cobardes” (1973) primer western dirigido por Clint Eastwood que también lo interpretó, “La soga de la horca” (1973) un típico western de la última etapa de John Wayne dirigido por Andrew Victor McLaglen, “Otro hombre, otra mujer” (1977) eurowestern dirigido por Claude Lelouch e interpretado en los personajes principales por James Caan y Geneviève Bujold, “Duro de pelar” (1978) con Clint Eastwood o “Bronco Billy” (1980) de nuevo un film de y con Clint Eastwood.

A partir de mediados de la década de los ochenta sus apariciones en la pantalla, debido a los graves problemas de diabetes que arrastraba, se fueron dilatando en el tiempo; dedicándose en los últimos años, básicamente, al doblaje. Su último trabajo fue en “Sôryûden” (1991), una serie japonesa de dibujos animados a la que puso su voz para la versión inglesa.

Filmografía SW:

1963.- El capitán intrépido.
1963.- Furia apache.
1964.- Los buitres.
1965.- El asalto de los apaches.
1965.- Duell von Sonnenuntergang.
1966.- El día más largo de Kansas City.
1966.- El halcón y la presa./// Reseña Adicional
1967.- La più grande rapina del west.
1967.- Clint el Solitario.
1968.- El momento de matar.
1968.- Giarrettiera Colt.
1977.- Otro hombre, otra mujer.
 

viernes, 13 de agosto de 2010

DE HOMBRE A HOMBRE


De hombre a hombre (Da uomo a uomo)
1967
Italia
Director: Giulio Petroni
Reparto: Lee Van Cleef, John Phillip Law, Mario Brega , Luigi Pistilli, Anthony Dawson, José Torres, Franco Balducci, Bruno Corazzari, Felicita Fanny, Ignazio Leone, Carlo Pisacane, Angelo Susani, Vivienne Bocca, Mario Mandalari, Ennio Pagliani, José Terrón, Giovanni Petrucci, Guglielmo Spoletini, Walter Giulangeli, Elena Hall, Nazzareno Natale, Romano Puppo, Richard Watson, Archie Savage, Carla Cassola
Guionista: Luciano Vicenzoni
Fotografía: Carlo Carlini
Música: Ennio Morricone


Me ha parecido un gran spaghetti dirigido en 1967 por Giulio Petroni. Sinceramente creo que si estuviera realizada en Hollywood por un director norteamericano, más de uno estaría hablando sobre sus bondades. De hecho, puede que sean imaginaciones mías, creo que Don Siegel en “El último pistolero” (The shootist), prácticamente copia la estupenda escena en la que dos pistoleros intentan asesinar a Lee Van Cleef en su habitación del hotel disparando contra su cama mientras él los espera sentado (¿Casualidad? ¿Homenaje?)



En cuanto a la trama hay que señalar que el film nos cuenta la típica historia de venganza con la particularidad de que aquí son dos pistoleros: uno joven, impulsivo e inexperto, y otro maduro, sereno y experimentado, los que querrán acabar con un grupo de bandidos, convertidos ahora en gente respetable, por diferentes motivos (el joven por el asesinato de su familia y el maduro por haber sido traicionado por ellos). Entre ambos pistoleros se establecerán unos lazos afectivos muy fuertes (Ryan le llega a decir a Bill: “estaba pensando que me gustaría tener un hijo como tú, porque cualquier día alguien me meterá una bala en la espalda y, claro, nadie podrá vengarse”) que ni tan siquiera el brusco descubrimiento de un terrible secreto, lo que da lugar a un bello y agridulce final, podrá romper del todo.

La película creo que cuenta con un buen guión obra de Luciano Vicenzoni, al que no le hace falta recurrir a interminables peleas y numerosos tiroteos para mantener la tensión y el interés (aunque he apreciado algunos fallos que luego comentaré), una estupenda dirección artística para lo que se estila en los spaghettis y una notable fotografía de Carlo Carlini que ya había participado en “El halcón y la presa”. Pero lo que sobresale, a mí entender, es la gran labor de dirección de Giulio Petroni que nos regala preciosos planos, bellos travellings y utiliza estupendamente tanto la grúa como la cámara subjetiva.



Gracias a la labor del director, el film cuenta con grandes escenas. Así, si el comienzo del spaghetti es modélico, no solamente por la dura y violenta escena nocturna inicial con el asalto al rancho y posterior asesinato de la familia de Bill, sino también por la presentación de los dos protagonistas quince años después (estupenda elipsis) y por su posterior encuentro en el rancho del más joven; el final no lo es menos, con un magníficamente rodado enfrentamiento en el pueblo de los dos protagonistas con el grupo de bandidos que, por cierto, me recordó vagamente al de “Los siete magníficos”.

En cuanto a los aspectos que menos me han gustado, destaco los siguientes:

Algún fallo en el guión como por ejemplo que los sanguinarios y despiadados bandidos dejen vivo al niño cuando le habían visto perfectamente.

El tema musical principal que, aunque esté compuesto por Morricone, me parece bastante cargante e inapropiado (creo que encajaría más en una película de terror sobrenatural, claro que el título original del film es “Death rides a horse”).

Ciertas situaciones un tanto increíbles pero que se tienen que aceptar por tratarse de un spaghetti, como que los hombres del dueño del saloon sólo intervengan cuando Bill ha acabado con éste (no obstante la escena del duelo es sensacional por la tensión que se crea) o el tiroteo final en el que dos pistoleros acaban con toda una banda de experimentados bandidos.

Por último, creo que hay que destacar la labor de los dos actores principales. Lee Van Cleef está perfecto como el maduro pistolero que se convertirá en improvisado profesor de Bill, anunciando así su personaje en “El día de la ira” (película que contó con los mismos productores, la pareja Chrosicki-Sensone y fue realizada ese mismo año). En este sentido es muy significativo el final de la escena del duelo en el saloon en la que le dice a Bill: ”Dos lecciones muchacho. Primera mira detrás de ti. Segunda cuenta los disparos, cuatro balas para un hombre es un despilfarro”. En cuanto a John Philip Law está estupendo como el violento e inexperto pistolero, por lo que es una lástima que no hiciese más spaghettis. Por lo que respecta al malo principal, interpretado por Luigi Pistilli, creo que no está a la altura de estos dos y que el spaghetti hubiera ganado con un actor de mayor entidad.

En definitiva, y a pesar de los pequeños fallos que he comentado, me parece uno de los mejores spaghettis que he visto y sin duda, para mí, rompe con el tópico del spaghetti como subgénero basado en películas realizadas de forma chapucera y poco cuidadas desde el punto de vista formal.

PUNTUACIÓN:

HISTORIA: 9.
AMBIENTACIÓN: 10.
DIRECCIÓN: 10.
ACTORES: 9.
MÚSICA: 7.

MEDIA: 9.

Reseña Adicional

jueves, 12 de agosto de 2010

Horst Frank




Actor alemán nacido en Lübeck en 1929 y fallecido en Heidelberg en 1999 por una hemorragia cerebral tres días antes de cumplir los setenta años, cuyo verdadero nombre era Horst Berhand Wilhem Frank.
Tras participar en la Segunda Guerra Mundial con quince años y realizar diversos trabajos se decantará por la interpretación, actuando en diversas obras de teatro por toda Alemania.

Su debut en el cine, después de aparecer en varias películas para televisión, tuvo lugar en 1957 con el drama bélico “The star of Africa” dirigido por Alfred Weidenman y protagonizado por Joachim Hansen y Mariane Koch, al que siguieron varios films bélicos de carácter propagandístico, con los que el cine alemán intentaba ahuyentar el fantasma del nazismo, como “Sharks or little fish” (1957) y “Stalingrado: dogs, do you want to live forever?” (1959) también con Joachim Hansen, películas que alternaría con otras de los más variados géneros: drama, thriller o terror como “The Head” (1959).
En la década de los sesenta, dado su peculiar físico, se especializará en personajes ambiguos cuando no negativos y se le comenzará a ver también en producciones de otros países (Francia, España, Italia); así aparecerá entre otros en “Boomerang” (1960) dirigido de nuevo por Alferd Weidenman y con Hardy Kruger como protagonista, “El bosque de los amantes” de Claude Autant-Lara, drama bélico sobre la relación que se establece entre un oficial alemán y una francesa en plena guerra, “Tu ne tueras point” (1961) también dirigida por Autant-Lara, “Monseiur Gangster” (1962) con Lino Ventura o “Mistery of the red jungle” (1964) que le emparejó con Brad Harris, con el que coincidirá en varios spaghettis. Ese mismo año intervino en sus dos primeros eurowesterns, “La carabina de plata” uno de los films basados en las novelas de Karl May realizado, en esta ocasión, por Harald Reinl y “Las pistolas no discuten” protagonizado por el canadiense Rod Cameron; apareciendo hasta 1974 en once eurowesterns, entre los que destacan “Johnny Hamlet” y “El gran duelo” junto a Lee Van Cleef.

Durante la década de los sesenta sigue participando en varias coproducciones como “La venganza de Fu-Manchú” con Christopher Lee, “Dead run”(1967) con Peter Lawford o “Justine” (1969) de Jesús Franco.

A partir de la década de los setenta y hasta el momento de su muerte, Horst decide trabajar , salvo en casos excepcionales como el giallo de Dario Argento “El gato de las nueve colas” (1971) protagonizada por James Franciscus y Karl Malden, “El ojo del laberinto” dirigida por Mario Caiano o algún spaghetti western, en su Alemania natal, aumentando su presencia en la pequeña pantalla a través de, básicamente, series de crímenes entre las que sobresalen “Timm Thaler”, con trece episodios rodados entre 1979 y 1980 o “Mandara”, con doce episodios en 1983. También se le pudo ver en la superproducción para televisión de 1995 protagonizada por Catherine Zeta Jones “Catalina la Grande”.

Su última aparición, el mismo año de su muerte, tuvo lugar en un episodio de la serie de televisión “GroBstadtrevier” y en total, durante sus más de cuarenta años de carrera, participó en aproximadamente 140 películas aunque nunca alcanzó el estatus de estrella.

Filmografía en SW

1964.- La carabina de plata.
1964.- Las pistolas no discuten.
1964.- Los cuatreros del Mississippi.
1964.- Conquerors of Arkansas.
1965.- Black eagle of Santa Fe.
1967.- Odia il prossimo tuo.
1968.- El momento de matar
1968.- El clan de los ahorcados.
1968.- Johnny el vengador (Johnny Hamlet)
1972.- El gran duelo.
1974.- Carambola

 

miércoles, 11 de agosto de 2010

UNA LARGA FILA DE CRUCES


Una larga fila de cruces (Una lunga fila di croci )
1969
Italia
Director: Sergio Garrone
Reparto: Anthony Steffen, William Berger, Nicholetta Machavelli, Riccardo Garrone, Mario Brega, Gilberto Galimberti, Emilio Messina, Giancarlo Sisti, Maria Angela Giordano, Franco Ukmar, Giovanni Ukmar, Angelo Susani, Renzo Peverelli, Alejandro Barrera Dakar, Fred Robsham, Teodoro Corra, Giorgio Dolfin, Giulio Mauroni, Gabriele Torrei, Roberto Messina
Guión: Sergio Garrone
Fotografía: Franco Villa
Música: Vasco and Mancuso

Película dirigida por Sergio Garrone en 1969 que cuenta con una historia un tanto original, con un cierto contenido social (aunque no profundice, ya que estamos hablando de un spaghetti) y de triste actualidad: los grandes terratenientes de una región estadounidense lindante con Méjico (representantes del capitalismo más feroz) necesitan peones ya que sus compatriotas no quieren realizar ciertos trabajos y “ya no quedan esclavos negros” por lo que se aprovechan de la miseria de los habitantes de sus vecinos del sur contratándolos a bajo precio. Éstos intentando huir de la pobreza pagan por el viaje, sin saberlo, a una banda de mafiosos para que les introduzcan de forma ilegal en los EEUU, banda que no dudará ante el menor problema en deshacerse de ellos y quedarse con todo el dinero. Ante la imposibilidad por parte del ejército de controlar la frontera, ya que ésta es muy amplia, se ha optado por poner precio a la cabeza de la mayoría de los miembros de esa banda, lo que atraerá a dos cazadores de recompensas que, como en “La muerte tenía un precio”, se aliarán para acabar con todos los bandidos y repartirse la recompensa.




Creo que nos encontramos ante un spaghetti bastante cuidado desde el punto de vista formal ya que cuenta, a mí modo de entender, con una buena dirección de Garrone lo que se aprecia en la preocupación y cuidado por la composición de las distintas escenas como la del duelo final, una correcta fotografía obra de Franco Villa y una más que aceptable ambientación.

Además el guión, también de Garrone, me parece que está un poco más trabajado de lo habitual en los spaghettis, aunque es una lástima que en el último tercio de la película haya varios giros que me parecieron un tanto simples y poco creíbles.




En el lado negativo se encuentra, para mí, una floja banda sonora compuesta por el tándem Kojucharov-Mancuso (por lo que he leído colaboraron juntos en varios spaghettis) que cuenta con temas incidentales horrorosos (tipo serie Z) y que además está bastante mal utilizada en varias secuencias.

En cuanto a los actores, me sorprendió Anthony Steffen más convincente de lo habitual en él, quizás porque su personaje mira mucho y habla muy poco (no obstante tengo que señalaros que a medida que voy viendo películas interpretadas por él y a pesar de sus limitaciones, más me va gustando). Como su compañero, al que llaman el predicador y que porta una especie de rifle ametrallador, está el habitualmente eficaz William Berger; mientras que el malo, un inteligente y maquiavélico individuo que no duda en aprovecharse de la pobreza de la gente, está interpretado por un correcto Riccardo Garrone que, por el comentario que en su día me hizo Julio, al parecer es el hermano del director de la película. Junto a ellos Mario Brega en un papel insustancial y la presencia femenina, en un papel bastante interesante, de una guapa Nicoletta Machiavelli, actriz que me recuerda ligeramente a Stefanie Sandrelli de joven.




En resumen y a pesar de los aspectos negativos (pocos), me ha parecido un spaghetti muy entretenido que cuenta, además, con buenos y abundantes tiroteos y al que sitúo por encima de la media, lástima la banda sonora que, creo, no está a la altura y le baja bastante la media.

PUNTUACIÓN:

HISTORIA: 7
AMBIENTACIÓN: 7
DIRECCIÓN. 8
ACTORES: 7
MÚSICA: 3

MEDIA: 6,2




lunes, 9 de agosto de 2010

LA MUERTE CUMPLE CONDENA


La muerte cumple condena
1966
España/Italia
Director: Joaquín Luis Romero Marchent
Reparto:  Robert Hundar, Pamela Tudor, Luigi Pistilli, Jesus Puente, Roberto Camardiel, Andrea Aureli, Luis Gaspar, José Bódalo, Aldo Sambrell, Benito Stefanelli, Robert Johnson Jr., Livia Contardi, Angel Ortiz, Carlos Romero Marchent, Agustín Bescos, Fernando Bilbao, Luz Caster, Gaspar 'Indio' González, Fernando Hilbeck, Jorge Llopis, Dina Loy, Guillermo Méndez, Ricardo Ortiz, Giovanni Petrucci, Luis Prendes, Emilio Rodríguez, Francisco Sanz, Rafael Vaquero 
Guión: Joaquin Romero Marchent, Sergio Donati
Fotografía: Fulvio Testi
Música:  Marcello Giombini 


Película dirigida por Joaquín Luís Romero Marchent en 1966 que cuenta con un estupendo prólogo: dos vaqueros perseguidos y agotados cabalgan por el desierto, el más retrasado, que está herido, cae y llama a su compañero que regresa y coge un maletín dejándole abandonado al ver a sus perseguidores, el herido haciendo un esfuerzo dispara sobre el otro, alcanzándole en la espalda, y se desmaya. Tras los títulos de crédito vemos que el tiempo ha pasado y que el vaquero que escapó, postrado en una silla de ruedas por el disparo de su compañero, se ha convertido, con el dinero robado contenido en el maletín, en un tiránico terrateniente y se ha apoderado de la mayoría de los ranchos de la región, explotando a sus antiguos propietarios gracias a que tiene la llave de la distribución del agua. Hasta allí llegará un enigmático pistolero, Lassiter, que le exigirá 2.000 dólares (más tarde serán 10.000 dólares, lo que da lugar al título que le pusieron en algún país) a cambio de la información sobre el paradero de su antiguo camarada que ha cumplido ya su condena. A partir de ese momento se desarrolla una original historia de venganza en la que nada es lo que parece.

Romero Marchent dirige esta interesante película con la pericia y elegancia en él habituales y a pesar de que la película es de 1966, es decir ya se había producido el boom leoniano, se mantiene fiel a sus modelos: los westerns clásicos estadounidenses de serie b, a los que creo en muchos casos supera. Pienso sinceramente, tras haber visto nueve spaghettis de los Marchent, que tanto Joaquín Luis como su hermano, Rafael, están infravalorados y se merecerían un mayor reconocimiento del que tienen.

La película se beneficia además de un buen guión de Sergio Donati (responsable entre otros de los guiones de “El halcón y la presa” y “Cara a cara”) en el que destacan unos estupendos diálogos (mucho más cuidados de lo habitual en este subgénero), unos personajes bien perfilados así como las relaciones entre ellos (incluso en el caso de los secundarios), y un ligero tono de comedia. En su debe, no obstante, hay que señalar el excesivo protagonismo, en un comienzo algo dubitativo, de dos niños que me llegaron a estomagar y el personaje femenino que, para mí, está metido con calzador.



De la calidad de la fotografía de Rafael Pacheco y Fulvio Testi no puedo hablar porque la copia que he visto me parece que es la que en su día vendió Impulso y está totalmente quemada en buena parte de su metraje.

Respecto a la banda sonora, obra de Marcello Giombini, me parece que, sin ser lo mejor de la película, está muy bien utilizada sobre todo un tema de corte cómico que suena cuando aparece el personaje de Lassiter.

Por lo que respecta a los actores, me sorprendió gratamente Robert Hundar en un papel bastante diferente de los que le he visto hasta ahora, el del cínico chantajista Lassiter. Junto a él dos grandes veteranos que bordan sus personajes: Jesús Puente interpreta al ladino pistolero deseoso de vengar la traición de su compañero y José Bódalo, en la más fiel tradición del western estadounidense, es el despótico e inválido cacique ex compañero de éste. Además aparecen habituales del género como Roberto Camardiel en un papel básicamente cómico, Luigi Pistilli en el de un pistolero caracterizado por su dandismo, Francisco Sanz en el rol de un médico borracho o Aldo Sambrell con su típico papel de pistolero.

En definitiva me parece una peli superior a la media del género tanto por la exquisita labor en la dirección de Joaquín Luís como por el cuidado guión de Donati.

PUNTUACIÓN.

HISTORIA: 7
AMBIENTACIÓN: 7
DIRECCIÓN. 7
ACTORES: 7
MÚSICA: 6

MEDIA: 6,8