martes, 2 de octubre de 2012

STARK EL PISTOLERO




Stark el pistolero (Spara, Gringo, spara)
1968
Italia
Director: Bruno Corbucci
Reparto: Brian Kelly, Fabrizio Moroni, Keenan Wynn, Erika Blanc, Folco Lulli, Rik Battaglia , Linda Sini, Giovanni Pallavicino, Luigi Bonos, Roland Bartop, Bonnie Miles.
Guión: Mario Amendola, Bruno Corbucci
Fotografía: Fausto Zuccoli
Música: Sante Maria Romitelli 
Producción italiana de 1968, cuyo título original es “Spara, Gringo, spara”, rodada fundamentalmente en los paisajes almerienses, bajo el seudónimo de Frank B. Corlish, por Bruno Corbucci, hermano menor de Sergio Corbucci y prolífico guionista y director con amplia experiencia en ambas facetas dentro del género de la comedia (escribió, entre otros, varios libretos para filmes protagonizados por el gran cómico Totò y dirigió a la pareja Hill-Spencer, con los que ya había colaborado en “Par, impar” filmada por su hermano, en “Dos superpolicías en Miami”).
Respecto al western hecho en Europa es más destacada su faceta de guionista con títulos como las imprescindibles “Django” y “El gran silencio”, dirigidas ambas por su hermano, o la interesante “Odio por odio” (todas ellas cuentan con sus respectivas reseñas), que como director, al haber filmado tan sólo tres westerns: “Héroes a la fuerza” (1966) más bien una comedia ambientada en el Oeste protagonizada por el especialista Lando Buzzanca, “Todos para uno, golpes para todos” (1973), tardía adaptación en tono cómico al mundo del Far-west de la clásica novela de capa y espada escrita por Alejandro Dumas “Los tres mosqueteros”, recientemente comentada en el blog, y la película que nos ocupa, quizás su mejor aportación a este subgénero
SINOPSIS: Chad Stark, un hábil pistolero recién escapado de la prisión de Yuma y tras haber protagonizado un cruento enfrentamiento con el socio que le traicionó, es contratado por Don Hernando Gutiérrez, un poderoso terrateniente mexicano, con el objeto de encontrar a su hijo Fidel, enrolado en la banda de renegados del ex mayor Charlie Doneghan, y traerlo de nuevo a casa a cambio de 5.000 dólares. Tras muchas vicisitudes Chad cumplirá su misión pero se dará cuenta de que nada es lo que parece.
Western que parte de una idea interesante basada, junto al habitual y socorrido tema de la venganza, en la traición, el engaño y el orgullo. Así tanto la traición como el engaño van a estar muy presentes a lo largo del filme: Stark cumple condena al haber sido “vendido” por su antiguo socio; para alcanzar su objetivo deberá actuar de forma desleal con el mayor Doneghan, antiguo compañero de correrías; él y Fidel tratarán de engañarse constantemente a lo largo de su viaje de vuelta a México; mientras que una infidelidad cometida en el pasado constituye el motor de la historia. Al mismo tiempo, el orgullo, como sentimiento que impide a uno de los personajes perdonar, provocará el drama final.
Pero si algo caracteriza a esta película son sus altibajos, debidos fundamentalmente a un guión, en el que se puede apreciar la huella de la ya reseñada en este blog “El halcón y la presa” (sobre todo en el tramo central en el que el protagonista, que carece de toda la información, trata de llevar a Fidel a México, mientras éste consigue escaparse en varias ocasiones), ingenioso pero desigual escrito por el propio Bruno Corbucci junto con su colaborador habitual Mario Amendola (entre otros crearon el personaje del estrafalario inspector de policía Nico Giraldi encarnado por Tomas Milian), en el que se alternan buenas ideas como por ejemplo que la película sea contada desde el punto de vista del protagonista con lo que el espectador recibe la información al mismo tiempo que éste, lo que dará lugar, gracias a un giro de guión, a una gran sorpresa final, o la gran y catártica parte final, que para mí eleva a este spaghetti por encima de la media, en la que los principales personajes expían con su muerte los pecados cometidos en el pasado y en la que, incluso, hacen acto de presencia objetos simbólicos como el fuego como elemento purificador y una cruz con su evidente carga religiosa (idea que es retomada por Corbucci de “Johnny el vengador”, en cuyo libreto había participado); con otras improbables (Fidel utiliza unos melones como silenciadores para acabar con los soldados unionistas), inverosímiles (¿Qué probabilidades hay de encontrarse a unos colonos mientras atraviesas el desierto?), ingenuas al presentarnos la prisión de Yuma como un hotel del cual se puede salir sin prácticamente resistencia, innecesarias como la habitual pelea en el saloon, inexplicables (Fidel libera a Strak porque, como el mismo señala, le resultan poco simpáticos los soldados que lo habían apresado) e incluso con fallos (¿De dónde saca Stark un caballo si los habían abandonado justo antes de cruzar el puente?). Y a todo ello, hay que añadir el desigual tono empleado a lo largo de la misma, puesto que se trata de una película grave y sombría que sin embargo se torna más ligera con querencia por la comedia fundamentalmente en relación con el personaje de Doneghan y sus extravagantes renegados,  los cuales protagonizarán una serie de secuencias que, además de no aportar nada al relato, de alguna forma, anuncian la evolución que sufriría el spaghetti hacia propuestas en las que tomarían cada vez más protagonismo los elementos cómicos.
Esta irregularidad se extiende también a la dirección, con un Corbucci que nos ofrece escenas muy bien rodadas como los magníficos tiroteos que abren y cierran el filme, o la calamitosa y realista marcha por el desierto de Fidel y Stark en la que consigue transmitirnos el terrible padecimiento de ambos personajes, con otras más convencionales como la mencionada pelea de corte cómico desarrollada en el saloon; e, incluso, hay una utilización poco afortunada por su parte de la elipsis narrativa al inicio de la película, por lo que la narración de la misma al comienzo es algo atropellada.
Otro aspecto positivo del largometraje lo constituye la labor realizada por Fausto Zuccoli (“Antes llega la muerte”, “Crimen en la residencia”) que retrata con acierto tanto los paisajes más desérticos de la provincia almeriense como otros más frondosos y exuberantes. Por el contrario, la variada banda sonora compuesta por Sante María Romitelli me pareció desafortunada y cansina, incluido el tema “Rainbow…vorrei…vorrei” que se escucha al final cantado por Little Tony, en realidad Antonio Ciaccio.
Como principal interprete, en su única incursión en este subgénero, se contó con Brian Kelly, actor norteamericano, hijo del Gobernador de Michigan Harry F. Kelly, que gozaba de cierta popularidad al haber protagonizado la serie “Mi amigo Flipper” sobre las aventuras de un delfín, del que se emitieron ochenta y ocho capítulos entre 1964 y 1967, y retirado prematuramente del mundo del cine a principios de los años setenta como consecuencia de un gravísimo accidente de moto. Una lástima que no rodara más spaghettis porque está realmente bien como Stark, un temible pistolero tan preciso con el colt como hábil con el látigo. Se trata del típico antihéroe al que nos encontramos nada más comenzar la película en prisión para embarcarse en la aventura de encontrar a Fidel, además de por evitar ser linchado, por la recompensa de 5.000 dólares. No obstante al final de la película sufrirá una profunda transformación al tener que elegir en el último momento, este era el título inicial previsto para la película, entre su conciencia o el dinero, escogiendo a la primera, lo que supone su muerte simbólica como pistolero y el inicio de una nueva vida alejada de las armas. Junto a él nos encontramos con el estupendo actor secundario estadounidense Keenan Wynn, un rostro muy familiar visto en decenas de largometrajes, que interpreta al ex mayor Charles Doneghan, un oficial resentido por el olvido sufrido tras la Guerra de Secesión y devenido en patético bandido. Creo que aunque su interpretación es correcta, tanto el personaje como el actor están desaprovechados. Fabrizio Morini da vida a Fidel, el hijo de Don Hernández y objeto del contrato de Stark con el que irá entablando una relación de respeto, primero, y camaradería después, en la que algunos han querido ver cierta tendencia homosexual que yo no he percibido. En todo caso, se muestra como el más flojo de todos los intérpretes. Folco Lulli aporta su rotundo y apropiado físico al personaje de Don Hernández Gutiérrez, el típico terrateniente arrogante y orgulloso incapaz de perdonar un error del pasado y cuya actitud desencadenará todo el drama posterior. Por último la película cuenta con la siempre agradable presencia de Erika Blanc, actriz con amplia experiencia en el cine de género europeo (westerns, giallos, pseudobonds) que encarna a Sally Londonderry, una viuda que, de camino a California, atenderá a Fidel y a Stark tras su periplo por el desierto y de la que este último se enamorará, y con algunos habituales de este subgénero como Rick Bataglia que, en el rol de un oficial de caballería, protagoniza una serie de secuencias intranscendentes para el desarrollo de la historia, o Luigi Bonos como uno de los esperpénticos hombres del mayor Doneghan.
En resumen un digno spaghetti narrado de forma ágil y dinámica, además de contar con abundantes escenas de acción, por otra parte, bien rodadas y con una sorpresa final, por lo que creo el divertimento está garantizado.


PUNTUACIÓN:
HISTORIA: 6
AMBIENTACIÓN: 7
DIRECCIÓN: 6
ACTORES: 6
MÚSICA: 5
MEDIA: 6

3 comentarios:

ECHOES dijo...

A mi me gustó mucho esta película, pero pienso que el final es bastante "dudoso".

Echoes dijo...

Alguien ha cambiado el cartel de la película por otra imagen mas bien grotesca.

Julio_Alberto dijo...

Joer, pues no se como lo harían.
Bueno, ya está quitada.
Gracias por avisar Echoes.