martes, 23 de octubre de 2012

MI NOMBRE ES NINGUNO






Mi nombre es Ninguno (Il mio nome è Nessuno)
1973
Italia
Director: Tonino Valerii
RepartoTerence Hill, Henry Fonda, Jean Martin, Piero Lulli, Mario Brega, Marc Mazza, Benito Stefanelli, Rainer Peets, Antoine Saint-John, Franco Angrisano, Tommy Polgár, Hubert Mittendorf, Emil Feist, Carla Mancini, Luigi Antonio Guerra, Angelo Novi, Ullrich Müller, Claus Schmidt, R.G. Armstrong, Karl Braun, Leo Gordon, Steve Kanaly, Geoffrey Lewis, Larry Melton, Neil Summers, Antonio Molino Rojo.
Guión: Fulvio Morsella, Ernesto Gastaldi, Sergio Leone
Fotografía: Armando Nannuzzi, Giuseppe Ruzzolini
Música: Ennio Morricone

SINOPSIS: Jack Beauregard, un veterano y famoso pistolero, decide retirarse y pasar los últimos años de su vida en Europa. Sin embargo, en su camino se cruzará un joven admirador, Ninguno, que le presionará para que se enfrente al Grupo Salvaje con el objeto de convertirle en leyenda.
Coproducción italo-franco-alemana de 1973 en la que participaron entre otras compañías la productoras Rialto, responsable de la mayoría de los filmes alemanes  basados en obras de Karl May sobre Winnettou, y Rafran Cinematográfica de Sergio Leone. La dirección corrió a cargo de uno de los alumnos más aventajados del maestro romano, Tonino Valerii que venía de rodar el año anterior la notable “Una razón para vivir y otra para morir”, especie de adaptación del filme bélico “Doce del patíbulo” (Robert Aldrich, 1969) al universo del western. Sin embargo, parece que gran parte de la autoría se debe al propio Leone, no sólo porque ejerció un control muy férreo sobre la misma, lo que llevó a continuos enfrentamientos entre el maestro y el discípulo, sino porque la idea y la concepción del filme, como señala Terence Hill en una entrevista realizada en 2002, fue obra suya.
En todo caso, nos encontramos con una película ambiciosa en la que, en un ejercicio de metalenguaje cinematográfico (utilización del cine para meditar sobre él), y como señala Anselmo Nuñez en su estupendo “Western a la europea…un plato que se sirve frío”, lleva a cabo una lúcida y nostálgica reflexión sobre la muerte del western clásico e, incluso, del euro western a manos del spaghetti cómico, corriente que inundó las pantallas cinematográficas a principios de la década de los setenta tras el gran éxito del díptico sobre las andanzas de Trinidad dirigido por Enzo Barboni, y a la que sucumbieron importantes referentes del spaghetti como Sergio Corbucci (“¿Qué nos importa la revolución?”, 1972), Giulio Petroni (“Ya le llaman Providencia”, 1972) o Enzo G. Castellari (“Tedeum”, 1972). De tal forma que da la sensación de que la película fue concebida por Leone, como también explica Hill en la entrevista reseñada, como una despedida a lo grande del western serio. En este sentido cobra gran importancia la conversación mantenida por ambos protagonistas en su primer encuentro, en el que Ninguno afirma “Si decides marcharte ¿Quién queda aquí? Ninguno. Un tipo como tú debe abandonar a lo grande”. Y desde el primer momento se aprecia la intención de identificar a cada uno de los personajes con una forma distinta de entender las películas del Oeste, puesto que el viejo pistolero representaría al caduco western clásico expulsado por la nueva corriente humorística a la que da vida Ninguno. En este sentido la película cuenta con abundantes y estupendos diálogos de una fuerte carga simbólica como la que tiene lugar a continuación de la reseñada anteriormente en la que Beauregard le dice a Ninguno: “¿Sabes qué les pasa a los admiradores? Terminan volviéndose envidiosos, arrogantes y fatuos. Seguros de sí y, por último, cadáveres”, mientras que Ninguno le responde “Sí hay a quienes les sienta mal vivir demasiado”; aquella que se desarrolla en el cementerio en la que Ninguno reconoce que: “A mí me gusta que la gente me vea” y Beauregard le responde “Puede que la gente no comparta tu gusto”;  o distintas afirmaciones del maduro pistolero dirigiéndose al joven del tipo de “Veo que has conseguido encontrar el puesto adecuado” y “Prefiero morir por mi culpa que vivir por la tuya”. Quedando reforzado el carácter simbólico de la historia de Beauregard con la emotiva carta que le escribe a su joven compañero al final de la película.
La elección de los actores también obedece a esta intención. Así para interpretar a Beauregard contaron con Henry Fonda, actor con el que ya había trabajado Leone en la memorable “Hasta que llegó su hora” (1968) y del que obtuvo una inolvidable interpretación como el malvado Frank, fácilmente identificable con el western hollywoodiense al haber protagonizado algunos grandes clásicos como “Tierra de audaces” (Henry King, 1939), “Incidente en Ox-Bow” (William Wellman, 1943), “Pasión de los fuertes” (John Ford, 1946), “Fort Apache” (John Ford, 1948) o “El hombre de las pistolas de oro” (Edward Dmytryk, 1959). Nos ofrece una nueva lección interpretativa caracterizada por su sobriedad. Sólo por volverle a ver mirar, moverse, andar y montar a caballo merece la pena la película (como John Ford dijo una vez a un periodista: “¿Usted ha visto caminar a Henry Fonda? Eso es cine”). Como contrapunto en el papel de Ninguno nos encontramos a Terence Hill en plena popularidad tras haber protagonizado las dos entregas de Trinidad, con lo que su identificación con el spaghetti western cómico era evidente (parece ser que fue Leone quien se dirigió al actor indicándole que le había gustado mucho su personaje de Trinidad pero que le gustaría verlo en una historia más profunda). De hecho Hill vuelve a encarnar a su personaje más famoso: un pícaro sucio y desarrapado, veloz como el rayo con el colt y apasionado de las judías que engulle en grandes sartenadas.
Por tanto sólo quedaría por referenciar al western hecho en Europa del que el propio Leone era su máximo exponente. Problema creo que solucionado con las abundantes referencias que contiene la película a los diferentes spaghettis realizados por él: la escena inicial prácticamente muda cuyo silencio sólo se ve interrumpido por el sonido de un objeto, en este caso un reloj, en la que tres hombres esperan al protagonista para acabar con él que recuerda al comienzo de “Hasta que llegó su hora”; las dos secuencias en las que los protagonistas disparan sobre sus sombreros muy similares a otra de “La muerte tenía un precio”; o la búsqueda de las distintas tumbas en el cementerio que remite a “El bueno, el feo y el malo”. Incluso, en parte, el personaje de Ninguno sin pasado y sin nombre recuerda en este sentido a los protagonizados por Clint Eastwood para su famosa trilogía.


Otro aspecto curioso del spaghetti son las constantes citas a Sam Peckinpah, director con el que mantenía Sergio Leone por aquella época una difícil relación. Y a pesar de lo que he leído no me queda clara la intención del realizador romano. Tomemos como ejemplo la famosa escena en el cementerio con la cruz en la que está inscrito el nombre del director estadounidense. Leone parece sugerir la muerte creativa de éste, en un época en la que, sin embargo, nos dejó estupendos largometrajes (“La balada de Cable Hogue”, “Perros de paja”, “Junior Bonner”, “La huida” o “Pat Garret y Billy the Kid”, realizadas a comienzos de los años setenta), pero por otra parte, salvo que sea un error en la traducción, Ninguno afirma de su nombre que “Debe tener un significado precioso en navajo”. ¿Burla? ¿Reconocimiento? Por otra parte Tonino Valerii recurre a la ralentización de las imágenes tan característica del estilo de Peckinpah tanto en la secuencia inicial como en la del enfrentamiento con el Grupo Salvaje; el propio Grupo Salvaje es una clara referencia ¿homenaje? a su obra maestra; y, por último, en la película tiene un papel destacado R. G. Armstrong actor habitual en los largometrajes del realizador norteamericano (“Duelo en la alta sierra”, “Mayor Dundee”, las mencionadas “La balada de Cable Hogue y “Pat Garret and Billy the Kid”). En fin, aquí dejo planteada la controversia para aquellos que tengan más información.
Pero volvamos a la película. Había comentado, y he tratado de argumentar el porqué, que se trata de un filme ambicioso aunque esto no supone que sea perfecto; es más, creo que por momentos es irregular, produciéndose un cierto desequilibrio entre las escenas protagonizadas por los dos actores principales. Así sobre Terence Hill recaen las secuencias cómicas en las que se repiten los gags típicos de Trinidad e, incluso, no falta la escena en unos urinarios de dudoso gusto; escenas que, como la que se desarrolla en el pueblo en fiestas, rompen el ritmo de la película. Pero junto a ellas nos encontramos con las que tienen como protagonista a Fonda, todas ellas soberbias y de gran belleza, entre las que destaca la correspondiente a los momentos anteriores al enfrentamiento del maduro pistolero con el Grupo Salvaje en la que le vemos de forma pausada desmontar, dar de beber a su caballo, coger los dos winchesters apoyándolos en los raíles del tren y contemplar el infinito horizonte en el que se atisba al Grupo Salvaje, y todo esto mientras escuchamos un precioso tema musical. Magistral.
La banda sonora fue encargada a Ennio Morricone y, como solía ser habitual, no sólo es muy variada y de una gran belleza sino que juega un papel fundamental en el desarrollo de la película. Así destacan un tema hermosísimo y de corte melancólico con el que se identifica a Beauregard y otro de carácter cómico adjudicado a Ninguno; mientras que el Grupo Salvaje cuenta con el suyo propio de tono épico que comienza con “Las Walkirias” de Wagner (nuevo acierto anterior a la utilización de este tema por parte de Coppola en su famosa secuencia de los helicópteros en “Apocalypse Now”), además de reservarse uno para el enfrentamiento entre los dos protagonistas que recuerda ligeramente a otro que se podía escuchar en “Hasta que llegó su hora”.


Tengo el DVD editado por Impulso con una imagen decente pero un sonido bastante mejorable. En cuanto a los extras, y junto con las habituales fichas técnicas y artísticas, contiene una corta pero jugosa entrevista a Terence Hill aunque horrorosamente subtitulada.
Como curiosidad señalaros el homenaje que rinde el largometraje en la escena de los espejos a Orson Welles y su “Dama de Shangai” (1947).
En definitiva un filme algo irregular pero muy emotivo y de una gran belleza, sobre todo las escenas correspondientes al personaje de Fonda, por lo que suscribo lo que le dijo Leone a Hill mientras editaba la escena del enfrentamiento entre Beauregard y el Grupo Salvaje: “Este es el Oeste, este es el Oeste que amo”.

PUNTUACIÓN:
HISTORIA: 7
AMBIENTACIÓN: 8
DIRECCIÓN: 8
ACTORES: 8
MÚSICA: 8

MEDIA: 7,8    

17 comentarios:

Belén dijo...

Me gusta mucho la película. No me gusta que os vayáis. Estoy en contra. ¡Que lo sepáis!

"Éste es el Oeste, este es el Oeste que amo". Qué frase.

Como siempre,una gran reseña, pero no me gusta que sea la última, chicos...

Echoes dijo...

Una de mis películas favoritas. Me gusta todo de ella. Para mi es una cinta "de culto" y simplemente imperdible.

Anónimo dijo...

No abandoneis a los ultimos vaqueros de la pradera.
Reverendo

Pedro Pereira dijo...

O DVD francês do Studio Canal é bastante bom. Têm também opção audio com comentário de Valerii...

--
Pedro Pereira

http://por-um-punhado-de-euros.blogspot.com
http://destilo-odio.tumblr.com/

Alfonso Gutiérrez dijo...

A mí me gusta mucho esta peli, los personajes son muy carismáticos. La escena de la barbería me encnata.

Colt_45 dijo...

Esta peli tiene excelentes diálogos cargados de simbolismo como bien comentas...

Como bien comenta runciter, la escena de la barbería es muy buena (se nota la mano de Leone).

Me acabo de enterar de va a cesar la actividad en este blog...
Me da mucha pena porque este blog me parece magnífico y una buena opción de consulta...
En cualquier caso, gracias por haber creado este preciado rincón...y es que los que amamos el Spaghetti Western no somos pocos...pero tampoco somos muchos...

Un abrazo muy fuerte y mil gracias por vuestro excelente trabajo aqui reflejado.

SALUD!!!

Cabello al viento. dijo...

Aprovecho este hilo de esta película para desearos a todos los que por aquí paséis un Feliz Año 2013 y que todos vuestros sueños se hagan realidad. La verdad es que la vida se está poniendo más difícil que sobrevivir en un S.W jejeje...cuantos duelos con la vida se presentan casi a diario y desenfundar el revolver del coraje ya es prácticamente rutina para combatirlos pero, aquí seguiremos, silvando y tocando la armónica...mirando al horizonte de la esperanza.

Mi nombre es...Cabello al viento.

Leoky dijo...

Magnífico western cómico a momentos y grandioso en otros.

Lo que más me gusto fué la escena inicial, solo como Leone sabe hacer y es que ya la primera escena que se ve al niño meterse en casa y la camara acercarse a el para verlo detras de la puerta me recordo al mejor western de Leone que sin duda tubo mucha infuencia en está película como comentó Terence Hill.

Además como ya comentáis en la crítica cada vez que aparece Henry Fonda es una maravilla, te hace recordar viejos western y por supuesto una de las obras cumbre de Leone "Hasta que llegó su hora".

No podíais acabar con mejor western ya que creo que en sí mismo se homenajéa a todos los western con esa carta de Beauregard a Ninguno.

Se os echara de menos y gracias por cada palabra escrita en este mágnifico blog que a pesar de no ser actualizado lo seguiré visitando.

Hasta siempre!.

Anónimo dijo...

hola que tal, acabo de descubriros y ya se van,que mal,bueno al grano.quisiera si podrian decirme de un film de western.es de un pistolero americano contratado para ir a japon y luchar en una guerra de clanes samurais,el pistolero viaja con su caballo en barco, tambien consultarles si conocen sitios de peliculas western en HD o BRRIP,desde ya mchas graciasy suerte,mi correo es santysil@hotmail.com

Julio_Alberto dijo...

Me suena que es este spaghetti:
http://800spaghettiwesterns.blogspot.com.es/2011/12/el-forastero-silencioso.html

"El forastero silencioso" (1969), con Tony Anthony.

Anónimo dijo...

muy buena peli la volvi a ver el pasado domingo 17 de feb y la vere mucho mas. es sin duda una despedida del spaguetti western que frases tan maravillosas !o le compras o le matas!nunca han existido los buenos tiempos. y muchas mas . me kedo con la escena del gpo salvaje y fonda en el desierto te pondran en los libros de historia ufff que frases maravillosa pelicula . no e he terminado de ver pasion de los fuertes con fonda pero ya desde esa pelicula se ve como fonda tiene ese caracter esa personalidad que mas tarde demostraria en los westerns europeos. en fin mi nombre es ninguno una de mis diez favoritas saludos jerry alvarez desde tampico tamaulipas mexico.

Unknown dijo...

Excelente Pelicula, descubrí el amor por el Spaguetti Western en mi adolescencia, (cuando niño odiaba los western), pero hoy no puedo vivir sin ellas, me encanta esta película me emocionan mucho las palabras de Fonda hacia Hill en el final de esta pelicual y la admiración que muestra ninguno por Jack beauregard, simplemente una obra maestra

Anónimo dijo...

Acabo de ver la película, ya la había visto anteriormente, y me sigue quedando la duda, de la que no he encontrado referencias, de la jota (música y baile) que aparece en el pueblo en fiestas.

¿Alguien sabe algo del porqué de esa secuencia?.

FEr

Unknown dijo...

Estupendo el análisis de este subgénero que tanto nos hizo disfrutar.
Un abrazo

Unknown dijo...

Simplemente fabulosa!!!

Anónimo dijo...

Impresionante analisis q no habia tenido en cuenta

Anónimo dijo...

Este blog merecería mucho más aprecio del que tiene, a su creador habría que honrarle...