martes, 16 de marzo de 2010

Eduardo Fajardo, villano y galán


Algo se echa en falta en la época dorada del cine español si no se menciona el nombre del actor Eduardo Fajardo (Pontevedra, 1924). Con una abultada filmografía de alrededor de 200 títulos a sus espaldas, el 'spaghetti western' no sería lo mismo sin sus solemnes interpretaciones de malo malísimo en cintas como 'Django' (1966) o 'El séptimo de caballería' (1965). Hasta los cinéfilos más despistados le reconocerán por el majestuoso y grave tono de su voz en la célebre 'Othello', donde dobló a Orson Welles.

La capital alavesa tuvo ayer el honor de disfrutar con el espíritu vital y la simpatía de este prolífico actor, todavía en activo con proyectos teatrales. Fajardo interpretó el monólogo 'Romance de la guitarra y el tiempo'. Una actuación que, a sus 85 años, alimenta su ilusión. «La edad es algo que nos tranquiliza y con ella aprendí a saber esperar y a disfrutar de lo que antes no valoraba», reflexiona.
El guión materializa en escena «el pleito entre una guitarra y un hombre. Cuando él recita, ella le responde con piezas de Albéniz, Tárrega, Manuel de Falla o Torregrosa. La guitarra y sus sonidos siempre me acompañaron en mis alegrías y soledades, y el teatro siempre fue mi gran pasión. Por eso escribí este monólogo. Y al interpretarlo prolongo mi vida».

A pesar de la frenética carrera que siguió desde su juventud, Eduardo Fajardo sigue con ganas de trabajar. «Vivir, al fin y al cabo». Tras su jubilación, el actor tomó la determinación de ayudar a discapacitados a través del proyecto Teatro Sin Barreras. Por eso es miembro honorífico de la Federación Almeriense de Asociaciones de Personas con Discapacidad. De este modo pretende «acercar el arte de la interpretación a aquellos que no pueden disfrutar de algo tan simple como caminar».
Su conversación apenas decae, ni siquiera cuando de repente suena en su móvil una familiar melodía de Ennio Morricone. Entre tanto repasa su carrera con más precisión que nostalgia, y saca de su maletín dos instantáneas en blanco y negro: en una aparece vestido de militar alemán y en la otra montando a caballo. «Mi voz ha sido lo que más me ha ayudado en la vida; fue lo que me catapultó. Primero en la radio y después en el cine, donde doblé a Orson Welles. Cuando me contrataron para 'Othello' exigí que pusieran mi nombre en los créditos», señala orgulloso. Respecto a su faceta de antagonista del 'far west' europeo, en la que le suelen encasillar los amantes del género, se muestra determinante. «Un buen villano enaltece la figura del galán».

También habla de su etapa en tierras aztecas con 'Tehuantepec' (1954), donde trabajó con Katy Jurado, y se enorgullece de la condecoración que le otorgó el Gobierno mexicano en el Palacio presidencial de la capital. Fueron años en los que montar a caballo y participar en tiroteos formaba parte de su rutina. Asimismo, Fajardo destaca por sus actuaciones en 'Balarrasa', donde intervino junto con Fernando Fernán Gómez, o 'Alba de América', ambas de 1951, y también hizo varios filmes para Cifesa. En su última etapa profesional compaginó el séptimo arte con series de televisión como 'Los gozos y las sombras'. «Habré realizado no menos de dos mil apariciones».
Ante todo, Fajardo reivindica «la alegría de vivir a cualquier edad, siempre que no nos domine el tiempo. Somos nosotros los que hemos de dominarlo». Lo dice porque a su edad se siente con ganas de disfrutar al máximo de ese paseo matutino, la bonita mirada de una muchacha o la sonrisa de un niño. «La vida ha sido generosa conmigo. No me puedo quejar porque a mi edad conduzco, dirijo teatro, interpreto y escribo». Es lo que define a un actor completo: el villano y el galán.

(Articulo extraido de IDEAL.ES )

6 comentarios:

Julio_Alberto dijo...

Rescato completamente este articulo sobre Eduardo Fajardo, que como vemos, sigue en la brecha.
Y esperemos que por mucho tiempo.

Jesús dijo...

A mí es un actor que, generalmente, me gusta bastante y me parece un lujo de secundario en los spaghettis.

maltese dijo...

Para mí, es un actor correcto que cumple su cometido a la perfección. Siempre recordaré la anécdota de cómo ayudó a Steffen en un rodaje!!!

Anónimo dijo...

Creo que ya lo he dicho y si no lo repito, un GRANDE en todos los aspectos:
-profesional
-personal
-filantrópico
El Sr Fajardo es un ejemplo a imitar, aunque sea inimitable..
Y no los "modelos " que infestan las revistas y los programas de cotilleos.

CORMANO WILD

Jesús dijo...

Maltese yo también he leído esa anécdota y creo que dice mucho de la calidad humana de este actor. ¡Chapeau Señor Fajardo!

Billiard dijo...

Un gran tipo; sí, señor. Desde aquí le dedico mi admiración, mi respeto y mi aplauso.