miércoles, 19 de mayo de 2010

¡MÁTALO!


¡Mátalo!
1970
Italia/España
Director: Cesare Canevari
Reparto: Lou Castel, Corrado Pani, Antonio Salines, Luis Dávila, Claudia Gravy, Ana Maria Noe, Ana Maria Mendoza, Miguel Del Castillo, Mirella Pamphili, Bruno Boschetti, Diana Sorel, Joaquin Parra
Guión: Mino Roli, Nico Ducci, Eduardo M. Brochero
Fotografía: Julio Ortas
Música: Mario Migliardi


Extraño spaghetti western dirigido en 1970 por Cesare Canevari y en el que se aprecia la influencia del movimiento hippy tan en boga en ese momento (sobre todo en el vestuario de los pistoleros)

Burt, un cruento pistolero, es salvado de la horca por una banda de mejicanos que acaban con todos los habitantes del pueblo. A continuación, éste los mata y se reúne con dos antiguos camaradas (Phil y Ted) y su amante (Mary) para asaltar una diligencia que transporta oro. Durante el golpe, Burt es alcanzado y el resto de la banda con el oro se retira a un pueblo abandonado donde llegan también una joven viuda y un enigmático individuo, Ray, que porta unos extraños objetos. Pero en el pueblo alguien los observa.

Nos encontramos ante uno de los más curiosos spaghettis que hasta ahora he visto en el que se mezclan distintos géneros como el western, el suspense o, incluso, el terror sobre todo a través de una figura acechante, de la que desconocemos su identidad y que se dedica a espiar a los forajidos en el pueblo fantasma, consiguiendo un efecto amenazador mediante el recurso, utilizado básicamente en el “giallo” (películas de suspense-terror italianas), de insertar primerísimos planos de un ojo del mencionado personaje.


La peli se inicia con una espectacular escena, muy bien dirigida por Cesare Canavari, en la que un grupo de forajidos va a liberar a un pistolero que está a punto de ser ahorcado. Desde su presentación el personaje de Burt se va a caracterizar por su amoralidad y por sembrar la muerte: vemos en esta escena cómo la viuda del hombre al que asesino se suicida después de besarlo, tras ser liberado acaba con los hombres que le rescataron y, en la recta final, sabremos que simuló su muerte en el asalto a la diligencia para matar a sus compañeros y apoderarse del oro.


Tras este trepidante inicio, el film se centrará en la malsana relación que se establece entre los pistoleros en el pueblo abandonado y la tensión creciente que surge entre ellos en la que juega un papel importante Mary la sensual amante de Burt que es objeto del deseo, sobre todo, de Ted, personaje que desahogará su frustración a través de prácticas sádicas cuyo destinatario será principalmente Ray (le ata a pleno sol cerca del agua pero sin que pueda alcanzarla, le da reiteradas palizas, le persigue golpeándole con una cadena).

Es en esta parte en la que tanto el realizador como el director de la fotografía, Julio Ortas, despliegan su capacidad visual con el objeto de aumentar la sensación de irrealidad: giros de cámara que en algunas ocasiones se antojan excesivos, peculiares encuadres, etc con los que obtienen escenas con una fuerte carga surrealista, como aquella en la que el adiestrado caballo de Ray machaca la mano de Ted.



Además, esta sensación de irrealidad se ve reforzada por el escenario en el que se desarrolla la acción, un pueblo en el que todos sus habitantes menos uno (una inquietante anciana) han muerto y cuyas tumbas amontonadas contemplan los personajes al llegar como si fuese una premonición.

Otro aspecto inusual y ¿pretendidamente innovador? de la peli es la ausencia casi total de diálogos, sobre todo en los aproximadamente primeros cincuenta minutos, que son sustituidos por temas musicales compuestos por Mario Migliardi más propios del rock psicodélico de los años setenta, con protagonismo de guitarras y sintetizadores, que de un spaghetti

Por lo que respecta a los actores, Lou Castel, que a pesar de ser el protagonista no aparece hasta bien entrada la peli, está muy bien escogido como Ray un excéntrico individuo que en vez de portar revólveres lleva varios boomerangs, ya que sus rasgos aniñados refuerzan la sensación de desamparo e indefensión de su personaje. Corrado Pani, actor al que no conocía, se muestra convincente como Burt un amoral pistolero con un peculiar código de conducta transmitido por su padre que se resume en que lo único que importa es la riqueza y en que hay que ser lo suficientemente inteligente para situarse en la dirección correcta de un colt. Claudia Gravy aporta la perturbadora belleza que su papel requería. Y tanto Luis Dávila en el rol de Phil, el personaje más típico de todos, como Antonio Salines, en el papel de Ted, el forajido sádico y frustrado sexualmente, están correctos.


En definitiva un extraño y, un tanto, experimental spaghetti en el que su director lleva a cabo un ejercicio de estilo que me ha parecido pretencioso y a fuerza de repetir las mismas situaciones que inicialmente pueden impresionar, muy, muy aburrido. No obstante por su singularidad creo que el aficionado a este subgénero debería conocerlo.

PUNTUACIÓN:

HISTORIA: 3
AMBIENTACIÓN: 6
DIRECCIÓN: 6
ACTORES: 6
MÚSICA: 5

MEDIA: 5,2

12 comentarios:

Pedro Pereira dijo...

Tengo la edición de Wild East pero aun no la mire hasta hora. Miré el trailer y perdí las ganas...

maltese dijo...

Yo sólo puedo comentar una cosa:
Odio ir de compras, sobre todo a centros comerciales y en Navidad. Pues dejé de ver ésta palícula para acompañar a mi mujer y mis hijas un 23 de Diciembre!! Inaudíto en mí, pero es que era tan soporífera, mala y ridícula que no fuí capaz de pasar de la media hora de visionado....

Jesús dijo...

Pues viste la media hora mejor de la película, por lo menos para mí, así que imagínate como es el resto. Muy, muy rara y soporífera.

maltese dijo...

Hay que decirlo tal cual, Jesus:
Una mierda de película!!!!

maltese dijo...

Julio, estoy esperando ése comentario tuyo de:
"Pues a mí no me pareció tan mala, tiene cosas buenas...." Ja, ja, ja

Julio_Alberto dijo...

La tengo en mi casa lista para ser visionada en breve.
Y cuando la vea, pues ya vendré a decir que no es tan mala...jajajaja.

Julio_Alberto dijo...

Ya la he visto, y solo puedo decir:
"Pues a mí no me pareció tan mala, tiene cosas buenas...."

maltese dijo...

Ja, ja, ja,.... ya sabía yo que tu le encontrarias virtudes!!!

Anónimo dijo...

Hola!
Tengo la posibilidad de comprar esta peli.. Vale realmente la pena?

Julio_Alberto dijo...

Depende del precio y de tu nivel de coleccionismo o amor al spaghetti.
La película es tal y como expone Jesús en la reseña, muy rara.
Que te guste un spaghetti de esa manera ya es cosa tuya.

Anónimo dijo...

la acabo de ver, es de lo peor que he visto en el género, inferior a otros bodrios como black killer. no se ve cuando mueren dávila y su amante -por lo menos en la versión de SW III que se vende en argentina-. la escena filmada con la cámara dando vueltas -el tiroteo- casi me marea.Muy bueno el blog, lo sigo hace dos años y comento por primera vez.

Billiard dijo...

Pues yo he disfrutado con esta peli. Son de agradecer su huida de convencionalismos, su desgarbado experimentalismo y su crudeza. No es perfecta, claro, pero se pasan por alto las deficiencias y el resultado me parece punto menos que genial. ¿A qué espera David Lynch para hacer un remake?