Un dólar agujereado (Un dollaro bucato)
1965
Italia/Francia
Director: Giorgio Ferroi
Reparto: Giuliano Gemma, Ida Galli, Pierre Cressoy, Giuseppe Addobbati, Franco Fantasia, Tullio Altamura, Massimo Righi, Andrea Scotti, Nazzareno Zamperla, Benito Stefanelli, Franco Lantieri, Gino Marturano, Nello Pazzafini, Bernard Faber, Luigi Tosi, Sal Borgese, Pietro Ceccarelli , Giulio Maculani, Osiride Pevarella, Ignazio Spalla, Jack Rocha, Alfredo Rizzo, Fortunato Arena, Bruno Arié
Fotografía: Antonio Secchi
Música: Gianni Ferrio
Coproducción franco-italiana de 1965 que supuso la primera colaboración entre el actor Giuliano Gemma y el veterano director y guionista Giorgio Ferroni, además de inaugurar su peculiar “trilogía Gary” (los otros dos títulos son “El hombre del sur” de 1966 y “Wanted. No soy un asesino” de 1967, ambas cuentan con sus correspondientes reseñas) caracterizada, desde el punto de vista estilístico, por un mayor apego a los westerns clásicos norteamericanos en detrimento de las propuestas “leonianas” y, desde el punto de vista temático, por tratar cuestiones como la dignidad y el honor; además de presentarnos a un héroe que poco tiene que ver con los típicos antihéroes del spaghetti y dar mayor importancia a la trama romántica y al personaje femenino principal. Fuera de este subgénero, ambos se volverían a encontrar en 1971 en la olvidable película de aventuras “El arquero de Sherwood”.
SINOPSIS: 1865 la Guerra de Secesión ha terminado. Los hermanos O’Hara, dos ex oficiales confederados, se verán involucrados en un complot urdido por McCoy, el codicioso magnate de la ciudad de Yellostowne, en el que el menor, Phil, pierde la vida mientras que el mayor, Gary, malherido, es dado por muerto. Recuperado de sus heridas, se embarcará en una lucha desigual con el objeto de conocer la verdad y descubrir a los asesinos.
Interesante largometraje representante de la primera hornada de westerns realizada en Europa que además de los mencionados temas de la dignidad y el honor (en una clarificadora conversación que mantiene Gary con un miembro de la banda de forajidos, antiguo soldado del sur, ante el comentario de este último que le dice: “No tiene honor quien pierde”, Gary le responde: “El honor le pertenece a uno mismo y nadie puede quitárnoslo”) trata otros como el manido en este subgénero de la venganza; el de la difícil reconciliación nacional, así en la primera escena los vencidos son humillados por los vencedores que les devuelven sus colts recortados, hay abundantes referencias a la guerra (un ciudadano de Yellostowne llega a afirmar: “Lo peor de la guerra es cuando llega la paz”) y Gary sufrirá la indiferencia, cuando no el desprecio, de los habitantes de Yellostowne (otro de los ciudadanos le advierte de que en ese pueblo no hay trabajo para los sudistas); o el de la complicada reinserción en una sociedad vengativa y llena de prejuicios hacia los vencidos, que han visto cómo sus haciendas han quedado desoladas (en este sentido se anticipa a otro estupendo spaghetti dirigido por Michele Lupo en 1977 y también protagonizado por Gemma, la crepuscular “California”, ya reseñada en este blog, con el que presenta ciertas semejanzas, sobre todo en la primera parte). En relación con este último tema es muy clarificadora la escena final en la que Gary por fin olvida sus ansias de venganza y deja que sean los ciudadanos del pueblo, en definitiva la sociedad de la que quiere formar parte, los que hagan justicia. La reinserción se ha completado y Gary pasa a ser uno más del pueblo.
Todo ello planteado a través de un guión, obra del propio Ferroni junto a Giorgio Stegani, algo simple e ingenuo (ciertas premisas como que el dólar salve la vida del protagonista, los forajidos no se percaten de que Gary no ha muerto o McCoy no reconozca a nuestro héroe, requieren la complicidad del espectador) pero efectivo y muy dinámico en el que no dejan de suceder cosas, y en el que las abundantes escenas de acción (persecuciones, peleas y tiroteos) están perfectamente integradas en la historia.
Por lo que respecta a la dirección de Ferroni que, con su habitual seudónimo de Calvin Jackson Padget, consigue una película con un gran ritmo sin tiempos muertos, al igual que el diseño de producción, y como señalé al inicio de la reseña, está claramente influenciada por los westerns estadounidenses, tan sólo delatando el origen del film la utilización de algún zoom, no demasiado exagerado, y las mayores dosis de violencia explícita. Además me ha llamado mucho la atención la forma bastante elegante de mover la cámara en algunas secuencias, con una meritoria utilización de la grúa y de los travellings, y el inusual cuidado formal de otras escenas, como aquella en la que los forajidos torturan a un ranchero con una clara influencia expresionista en el tratamiento de la luz y en la que, supongo, jugó un papel fundamental Antonio Sechi, aquí bajo el seudónimo de Tony Dry, como responsable de la fotografía.
Otros aspectos positivos del film me parecieron las localizaciones, que se alejan de los paisajes soleados de Almería para encontrarnos con zonas frondosas, encharcadas e, incluso, en algunas secuencias neblinosas acordes con la historia narrada; y, sobre todo, la estupenda y variada banda sonora de Gianni Ferrio (colaborador de Ferroni en “Wanted” y compositor habitual en este subgénero) con un excelente y pegadizo tema llamado “A man… a story”, todo un éxito en su época, ofrecido en varias versiones (incluso en los títulos de crédito finales aparece cantado por Fred Bongusto). Junto a este, otro gran tema romántico y de corte clásico, “Give me back”, que también se escucha en versión instrumental y por unos segundos cantado, en esta ocasión, por Lydia McDonald; y uno épico más spaghettero bastante bueno que acompaña perfectamente las escenas de acción, sobre todo las cabalgadas; además de varios incidentales. Todos ellos están muy bien utilizados y están al servicio de las escenas, potenciando su carga dramática.
Por lo que respecta a los actores, el papel del íntegro Gary O’Hara está perfectamente interpretado por el atlético Gemma, bajo su seudónimo inicial, por lo que he leído en el libro de Rafael de España homenaje tanto a Clint Eastwood como a Robert Woods, de Montgomery Wood, mostrándose en plena forma en las escenas de acción. Fue esta película, rodada inmediatamente después de la exitosa “Una pistola para Ringo” (spaghetti que también cuenta con su oportuna reseña), la que terminó por encumbrarlo como uno de los grandes iconos de este subgénero, creando un tipo de personaje más amable, simpático y sonriente alejado del estereotipo taciturno encarnado por Eastwood. Junto a él, la seráfica Ida Galli, con su nombre artístico habitual de Evelyn Stewart, actriz recurrente en este género a la que también se pudo ver en la siguiente década en algunos notables giallos (“La cola del escorpión” del especialista Alberto Martino, “Huellas de pisadas en la Luna” del interesantísimo y original Luigi Bazzoni o “Siete notas en negro” del controvertido Lucio Fulci), da vida convincentemente a Judy, la sufrida esposa de Gary; mientras que, para mí, se muestra inferior el veterano Pierre Cresoy, en los títulos de crédito Peter Cross, al dar vida al malvado McCoy, el típico magnate sin escrúpulos que se aprovecha de la situación de caos vivida tras la guerra para enriquecerse apoderándose de las tierras de los rancheros. Curiosamente los tres intérpretes coincidirían ese mismo año en el aceptable western dirigido por Giorgio Stegani “Adiós gringo”, también comentado en este blog. Además la película cuenta con el aliciente añadido de que aparezca un gran número de actores, todos ellos al igual que la mayoría del equipo técnico con seudónimos americanizados en un intento supongo de hacer pasar por norteamericana la película, cuyos rostros se harían populares entre los amantes de este subgénero como Franco Fantasia en su típico papel de sheriff, en este caso corrupto, Giuseppe Addobbati en el papel de un confiado y desdichado ranchero que además rinde homenaje, no sé si conscientemente, al primer filme de Leone al hablar textualmente de “por un puñado de dólares”, Nello Pazzafini que presta su amenazante físico a uno de los hombres de la banda de McCoy, Massimo Righi como otro miembro, en este caso arrepentido, de la banda o Ignazio Spalla en el papel de un mejicano que se ocupará del gravemente herido Gary.
Por último indicaros que tengo el DVD puesto a la venta por Wild West que respeta el formato original y cuenta con un buen sonido y una imagen decente aunque en las escenas nocturnas carece de la suficiente nitidez. En cuanto a los extras, muy escasos, aparece una sucinta ficha del director y un tráiler de la película, junto con las típicas fotos y la ficha técnica de la película.
En resumen, un buen ejemplo de spaghetti que toma como modelo a los westerns serie b norteamericanos a los que, para mí, no sólo tiene poco que envidiar sino que en muchos casos, incluso, supera, y que constituye una buena muestra del más que correcto nivel alcanzado en este género en Europa antes de que proliferasen un buen número de películas hechas con precipitación y muy escasos medios y cuyas propuestas cada vez fueron más estrambóticas.
Interesante largometraje representante de la primera hornada de westerns realizada en Europa que además de los mencionados temas de la dignidad y el honor (en una clarificadora conversación que mantiene Gary con un miembro de la banda de forajidos, antiguo soldado del sur, ante el comentario de este último que le dice: “No tiene honor quien pierde”, Gary le responde: “El honor le pertenece a uno mismo y nadie puede quitárnoslo”) trata otros como el manido en este subgénero de la venganza; el de la difícil reconciliación nacional, así en la primera escena los vencidos son humillados por los vencedores que les devuelven sus colts recortados, hay abundantes referencias a la guerra (un ciudadano de Yellostowne llega a afirmar: “Lo peor de la guerra es cuando llega la paz”) y Gary sufrirá la indiferencia, cuando no el desprecio, de los habitantes de Yellostowne (otro de los ciudadanos le advierte de que en ese pueblo no hay trabajo para los sudistas); o el de la complicada reinserción en una sociedad vengativa y llena de prejuicios hacia los vencidos, que han visto cómo sus haciendas han quedado desoladas (en este sentido se anticipa a otro estupendo spaghetti dirigido por Michele Lupo en 1977 y también protagonizado por Gemma, la crepuscular “California”, ya reseñada en este blog, con el que presenta ciertas semejanzas, sobre todo en la primera parte). En relación con este último tema es muy clarificadora la escena final en la que Gary por fin olvida sus ansias de venganza y deja que sean los ciudadanos del pueblo, en definitiva la sociedad de la que quiere formar parte, los que hagan justicia. La reinserción se ha completado y Gary pasa a ser uno más del pueblo.
Todo ello planteado a través de un guión, obra del propio Ferroni junto a Giorgio Stegani, algo simple e ingenuo (ciertas premisas como que el dólar salve la vida del protagonista, los forajidos no se percaten de que Gary no ha muerto o McCoy no reconozca a nuestro héroe, requieren la complicidad del espectador) pero efectivo y muy dinámico en el que no dejan de suceder cosas, y en el que las abundantes escenas de acción (persecuciones, peleas y tiroteos) están perfectamente integradas en la historia.
Por lo que respecta a la dirección de Ferroni que, con su habitual seudónimo de Calvin Jackson Padget, consigue una película con un gran ritmo sin tiempos muertos, al igual que el diseño de producción, y como señalé al inicio de la reseña, está claramente influenciada por los westerns estadounidenses, tan sólo delatando el origen del film la utilización de algún zoom, no demasiado exagerado, y las mayores dosis de violencia explícita. Además me ha llamado mucho la atención la forma bastante elegante de mover la cámara en algunas secuencias, con una meritoria utilización de la grúa y de los travellings, y el inusual cuidado formal de otras escenas, como aquella en la que los forajidos torturan a un ranchero con una clara influencia expresionista en el tratamiento de la luz y en la que, supongo, jugó un papel fundamental Antonio Sechi, aquí bajo el seudónimo de Tony Dry, como responsable de la fotografía.
Otros aspectos positivos del film me parecieron las localizaciones, que se alejan de los paisajes soleados de Almería para encontrarnos con zonas frondosas, encharcadas e, incluso, en algunas secuencias neblinosas acordes con la historia narrada; y, sobre todo, la estupenda y variada banda sonora de Gianni Ferrio (colaborador de Ferroni en “Wanted” y compositor habitual en este subgénero) con un excelente y pegadizo tema llamado “A man… a story”, todo un éxito en su época, ofrecido en varias versiones (incluso en los títulos de crédito finales aparece cantado por Fred Bongusto). Junto a este, otro gran tema romántico y de corte clásico, “Give me back”, que también se escucha en versión instrumental y por unos segundos cantado, en esta ocasión, por Lydia McDonald; y uno épico más spaghettero bastante bueno que acompaña perfectamente las escenas de acción, sobre todo las cabalgadas; además de varios incidentales. Todos ellos están muy bien utilizados y están al servicio de las escenas, potenciando su carga dramática.
Por lo que respecta a los actores, el papel del íntegro Gary O’Hara está perfectamente interpretado por el atlético Gemma, bajo su seudónimo inicial, por lo que he leído en el libro de Rafael de España homenaje tanto a Clint Eastwood como a Robert Woods, de Montgomery Wood, mostrándose en plena forma en las escenas de acción. Fue esta película, rodada inmediatamente después de la exitosa “Una pistola para Ringo” (spaghetti que también cuenta con su oportuna reseña), la que terminó por encumbrarlo como uno de los grandes iconos de este subgénero, creando un tipo de personaje más amable, simpático y sonriente alejado del estereotipo taciturno encarnado por Eastwood. Junto a él, la seráfica Ida Galli, con su nombre artístico habitual de Evelyn Stewart, actriz recurrente en este género a la que también se pudo ver en la siguiente década en algunos notables giallos (“La cola del escorpión” del especialista Alberto Martino, “Huellas de pisadas en la Luna” del interesantísimo y original Luigi Bazzoni o “Siete notas en negro” del controvertido Lucio Fulci), da vida convincentemente a Judy, la sufrida esposa de Gary; mientras que, para mí, se muestra inferior el veterano Pierre Cresoy, en los títulos de crédito Peter Cross, al dar vida al malvado McCoy, el típico magnate sin escrúpulos que se aprovecha de la situación de caos vivida tras la guerra para enriquecerse apoderándose de las tierras de los rancheros. Curiosamente los tres intérpretes coincidirían ese mismo año en el aceptable western dirigido por Giorgio Stegani “Adiós gringo”, también comentado en este blog. Además la película cuenta con el aliciente añadido de que aparezca un gran número de actores, todos ellos al igual que la mayoría del equipo técnico con seudónimos americanizados en un intento supongo de hacer pasar por norteamericana la película, cuyos rostros se harían populares entre los amantes de este subgénero como Franco Fantasia en su típico papel de sheriff, en este caso corrupto, Giuseppe Addobbati en el papel de un confiado y desdichado ranchero que además rinde homenaje, no sé si conscientemente, al primer filme de Leone al hablar textualmente de “por un puñado de dólares”, Nello Pazzafini que presta su amenazante físico a uno de los hombres de la banda de McCoy, Massimo Righi como otro miembro, en este caso arrepentido, de la banda o Ignazio Spalla en el papel de un mejicano que se ocupará del gravemente herido Gary.
Por último indicaros que tengo el DVD puesto a la venta por Wild West que respeta el formato original y cuenta con un buen sonido y una imagen decente aunque en las escenas nocturnas carece de la suficiente nitidez. En cuanto a los extras, muy escasos, aparece una sucinta ficha del director y un tráiler de la película, junto con las típicas fotos y la ficha técnica de la película.
En resumen, un buen ejemplo de spaghetti que toma como modelo a los westerns serie b norteamericanos a los que, para mí, no sólo tiene poco que envidiar sino que en muchos casos, incluso, supera, y que constituye una buena muestra del más que correcto nivel alcanzado en este género en Europa antes de que proliferasen un buen número de películas hechas con precipitación y muy escasos medios y cuyas propuestas cada vez fueron más estrambóticas.
HISTORIA: 6.
AMBIENTACIÓN: 7.
DIRECCIÓN: 7.
ACTORES: 6.
MÚSICA: 8.
MEDIA: 6,8.
AMBIENTACIÓN: 7.
DIRECCIÓN: 7.
ACTORES: 6.
MÚSICA: 8.
MEDIA: 6,8.
5 comentarios:
Es una buena peli, fue muy famosa en mi país, Chile, y aun se la recuerda.
Y Quentin Tarantino tambien se acordó
de esta película al incluir el tema musical principal en sus Malditos Bastardos.
Lo del dólar agujereado es muy buena idea. Es verdad que es un film de corte clásico, pero eso no es ningún defecto, al contrario, se demuestra que podemos hacer (o podíamos) en Europa películas tan entretenidas o más que los propios americanos. Aquí Giuliano está más serio que de costumbre, lo que certifica que valía para los dos perfiles de cowboy, sobrio y desenfadado. A mí me gusta mucho este film, es uno de los mejores de la filmo spaghetti de Giuliano. La música, como apuntas, es excelente.
La música es muy buena, inolvidable. También inolvidables son las cenas de los colts rotos. Esta estaría en mi "Giuliano Gemma top 10"!.
--
Pedro Pereira
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Hola he visto esta peli ayer en tv y me acordé que la vi de pequeño al cine..ha sido una agradable sorpresa.Aunque Gemma no es de mis actores favoritos,la peli es entretenida y la musica genial...saludos,Rudy.
buena pelis...un clasico excelente
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