Winchester Bill (Voltati... ti uccido)
1967
España/Italia
Director: Alfonso Brescia
Reparto: Richard Wyler, Fernando Sancho, Eleonora Bianchi, Conrado San Martín, Lucio Rosato, Ric Burton Jr., Luis Induni, Franco Pesce, Massimo Righi, Spartaco Conversi, Ruffino Ingles, Rafael Hernandez, Richard Burton.
Guión: Maria del Carmen Martinez Roman, Renato Poselli
Fotografía: Alfonso Nieva
Música: General Music of Rome
Coproducción italo-española de 1967 filmada, bajo su seudónimo habitual de Al Bradley, por el italiano Alfonso Brescia, guionista y director que comenzó a mediados de los años sesenta con las típicas películas de sandalias y espadas tan en boga en ese momento y presenta una amplia filmografía aunque de escasa relevancia, con filmes de limitado presupuesto y en muchos casos dentro de los que se denomina cine de explotación, como sus conocidas películas de ciencia ficción (“Battaglie negli spazi stellari”, “Anno zero. Gerra nello spazio” y “La guerra de los robots”) realizadas en tiempo record (se estrenaron entre 1977 y 1978) con el objeto de explotar el éxito del filme de George Lucas “La guerra de las galaxias” (1977).
Dentro del spaghetti western se ocupó de la dirección de siete largometrajes como “Killer calibre 32” (película comentada en este blog) un intento de conjugar la típica película de detectives con el western protagonizada por el recurrente Peter Lee Lawrence y tan prescindible como el filme que nos ocupa, “Il giorno Della violenza” otra vez protagonizada por Peter Lee o los dos filmes de aventuras basados ligeramente en novelas de Jack London y desarrollados en Canadá “La spaconatta” (1974) y “Zanna Bianca e il cacciatore solitario” (1975) ambos con la pareja Robert Woods e Ignazio Spalla como protagonistas.
SINOPSIS: Sam es el propietario de una mina de oro que sufre los desmanes del Bicho y su banda de bandoleros mejicanos contratados por Ted Shaw, un magnate ambicioso y sin escrúpulos, que pretende adueñarse de todas las minas de la región. Pero todo cambiará con la llegada de Billy Walsh, un famoso pistolero apodado “Winchester Bill”, que se posicionará a favor de Sam, protegiéndole de los ataques del Bicho.
La película es un subproducto nacido bajo la sombra del éxito de los westerns hechos en Europa, con clara vocación de servir de relleno en las programaciones dobles y con evidentes carencias presupuestarias, hecho que va a afectar al filme no sólo en la labor de ambientación sino también en su credibilidad. Pero aún siendo notorias las limitaciones presupuestarias, creo que es más grave la falta de ideas existente en el guión firmado por María del Carmen Martínez Román (escritora con bastante experiencia en este subgénero ya que intervino, entre otros, en los libretos de las interesantes “Oro maldito” y “Réquiem para el gringo”, además de convertirse a partir de 1970 en una habitual en el cine del madrileño José Luis Merino). Así nos encontramos con un libreto que apenas desarrolla la historia y, ante la escasez de propuestas, recurre constantemente a las consabidas peleas, por lo que el spaghetti se hace tremendamente aburrido y repetitivo; además de contar con una historia de amor tópica y poco creíble, un plan urdido por Winchester Bill consistente en enfrentar a Ted con el Bicho tan simple que provoca el sonrojo o escenas poco verosímiles como aquella en la que Ted y el sheriff en plena calle, en donde les puede oír todo el mundo, se ponen a conversar sobre sus pérfidos planes. Incluso cuenta con un inesperado giro final en el que se revela la verdadera identidad de varios personajes cuya resolución, que no os cuento, sólo me provocó la risa.
Fotografía: Alfonso Nieva
Música: General Music of Rome
Coproducción italo-española de 1967 filmada, bajo su seudónimo habitual de Al Bradley, por el italiano Alfonso Brescia, guionista y director que comenzó a mediados de los años sesenta con las típicas películas de sandalias y espadas tan en boga en ese momento y presenta una amplia filmografía aunque de escasa relevancia, con filmes de limitado presupuesto y en muchos casos dentro de los que se denomina cine de explotación, como sus conocidas películas de ciencia ficción (“Battaglie negli spazi stellari”, “Anno zero. Gerra nello spazio” y “La guerra de los robots”) realizadas en tiempo record (se estrenaron entre 1977 y 1978) con el objeto de explotar el éxito del filme de George Lucas “La guerra de las galaxias” (1977).
Dentro del spaghetti western se ocupó de la dirección de siete largometrajes como “Killer calibre 32” (película comentada en este blog) un intento de conjugar la típica película de detectives con el western protagonizada por el recurrente Peter Lee Lawrence y tan prescindible como el filme que nos ocupa, “Il giorno Della violenza” otra vez protagonizada por Peter Lee o los dos filmes de aventuras basados ligeramente en novelas de Jack London y desarrollados en Canadá “La spaconatta” (1974) y “Zanna Bianca e il cacciatore solitario” (1975) ambos con la pareja Robert Woods e Ignazio Spalla como protagonistas.
SINOPSIS: Sam es el propietario de una mina de oro que sufre los desmanes del Bicho y su banda de bandoleros mejicanos contratados por Ted Shaw, un magnate ambicioso y sin escrúpulos, que pretende adueñarse de todas las minas de la región. Pero todo cambiará con la llegada de Billy Walsh, un famoso pistolero apodado “Winchester Bill”, que se posicionará a favor de Sam, protegiéndole de los ataques del Bicho.
La película es un subproducto nacido bajo la sombra del éxito de los westerns hechos en Europa, con clara vocación de servir de relleno en las programaciones dobles y con evidentes carencias presupuestarias, hecho que va a afectar al filme no sólo en la labor de ambientación sino también en su credibilidad. Pero aún siendo notorias las limitaciones presupuestarias, creo que es más grave la falta de ideas existente en el guión firmado por María del Carmen Martínez Román (escritora con bastante experiencia en este subgénero ya que intervino, entre otros, en los libretos de las interesantes “Oro maldito” y “Réquiem para el gringo”, además de convertirse a partir de 1970 en una habitual en el cine del madrileño José Luis Merino). Así nos encontramos con un libreto que apenas desarrolla la historia y, ante la escasez de propuestas, recurre constantemente a las consabidas peleas, por lo que el spaghetti se hace tremendamente aburrido y repetitivo; además de contar con una historia de amor tópica y poco creíble, un plan urdido por Winchester Bill consistente en enfrentar a Ted con el Bicho tan simple que provoca el sonrojo o escenas poco verosímiles como aquella en la que Ted y el sheriff en plena calle, en donde les puede oír todo el mundo, se ponen a conversar sobre sus pérfidos planes. Incluso cuenta con un inesperado giro final en el que se revela la verdadera identidad de varios personajes cuya resolución, que no os cuento, sólo me provocó la risa.
Por si fuera poco, y no sé si debido a la falta de presupuesto, resulta que la banda sonora corresponde a otros spaghettis (en los títulos de crédito nada se dice sobre el autor). Así se “tomó prestado” el estupendo tema principal compuesto por el maestro Antón García Abril para, la ya comentada en este blog, “Adiós Texas” aunque en una versión instrumental y no en la cantada por Don Powell. También escuché otros dos temas, uno muy mal insertado en la trama, que igualmente me resultaron familiares pero no he podido identificar su origen.
Para interpretar a Winchester Bill se escogió al soso y poco expresivo actor británico Richard Wyler que, tras un aceptable debut en el que su estilo hierático casaba perfectamente con el más expansivo de Tomás Milian en “El precio de un hombre”, no protagonizaría ningún spaghetti reseñable. En este caso da vida, con sus limitados recursos interpretativos, a un famoso y enigmático pistolero que de forma poco creíble se pasea por todas partes sin revólveres, como invitando a cualquiera a que le mate. Junto a él dos veteranos que poco pueden hacer por salvar la función: Conrado San Martín dando vida al ambicioso Ted, representante del capitalismo más salvaje ya que no sólo quiere adueñarse de todas las minas, sino que, al establecer una especie de monopolio, pretende pagar salarios de miseria a sus trabajadores; y Fernando Sancho, de lo poco salvable de la película, en el sempiterno papel de bandido mejicano con incontinencia verbal como “El Bicho”, el poco fiable y algo ingenuo aliado de Ted. En papeles secundarios nos encontramos al habitual de este subgénero Spartaco Conversi como Sam, personaje que nos dará una sorpresa sobre su verdadera identidad al final; Eleonora Bianchi, en su último papel para el cine, como la voluble hija de Sam a la que no hay quien entienda, ya que pasa en una misma escena de tratar a Bill con desprecio a cuidar de sus heridas solícitamente, para en la siguiente, y sin saber las razones, estar locamente enamorada de él,y finalizar la película con su antiguo pretendiente; y Luis Induni en su típico papel de sheriff, en este caso una marioneta de Ted.
En definitiva un pobre, tópico y, sobre todo, aburrido spaghetti que no aporta nada al género, por lo que su visión creo que es sólo recomendable para los incondicionales del mismo.
PUNTUACIÓN:
HISTORIA: 3
AMBIENTACIÓN: 3
DIRECCIÓN: 3
ACTORES: 4
MÚSICA: 1
MEDIA: 2,8
HISTORIA: 3
AMBIENTACIÓN: 3
DIRECCIÓN: 3
ACTORES: 4
MÚSICA: 1
MEDIA: 2,8
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