lunes, 21 de febrero de 2011

UN RÍO DE DÓLARES


Un río de dólares (Un fiume di dollari)
1966
Italia
Director: Carlo Lizzani 
Reparto: Thomas Hunter, Henry Silva, Dan Duryea, Nicoletta Machiavelli, Gianna Serra, Nando Gazzolo, Loris Loddi, Geoffrey Copleston, Paolo Magalotti, Giovanni Scarciofolo, Vittorio Bonos, Guido Celano, Gianluigi Crescenzi, Lucio De Santis, Paolo Figlia, Mauro Mannatrizio, Goffredo Matassi, Tiberio Mitri, Piero Morgia, Renzo Pevarello, Luigi Scavran, Guglielmo Spoletini, Mirko Valentin, Puccio Ceccarelli, Osiride Pevarello, Fortunato Arena, Sandro Dori, Fernando Ferrara, Fiorella Ferraro, John M. Gaskins, Nazzarena Zamperla 
Guión: Piero Regnoli 
Fotografía: Antonio Secchi
Música:  Ennio Morricone


Spaghetti de producción italiana que fue el primer acercamiento a este subgénero de Carlo Lizzani, crítico de cine, guionista y director caracterizado por su compromiso ideológico, lo que se tradujo en películas como ¡Atención! ¡Bandidos! (1951), El proceso de Verona (1963), Bandidos en Milán (1968) o Mussolini: último acto (1974); incluso su segunda incursión en el spaghetti, Requiescant (1967), que me resultó menos lograda por pretenciosa, contiene una fuerte carga política. Curiosamente en esta película nos ofrece un western pleno de acción y violencia (hay un par de escenas como en la que el amigo del protagonista le arranca el trozo de piel tatuado al héroe y en la que éste le atraviesa la mano con un cuchillo a un jugador que podrían haber sido rodadas perfectamente por Corbucci) alejado de su cine de temática más grave y caracterizado por su compromiso social.


Jerry Brewster y Ken Seagall son dos ex confederados que tras un atraco en el que se hicieron con un botín de 600.000 dólares son perseguidos por soldados. Para evitar ser atrapados deciden que el segundo huya con el botín con la condición de que se ocupe de la familia del primero, mientras que éste los entretendrá todo lo que pueda. Jerry finalmente es apresado y cumple una condena de cinco años, para descubrir a su salida de prisión que Seagall, que ahora se hace llamar Milton y controla gran parte del territorio con el apoyo de un pistolero mejicano llamado Méndez, le traicionó y dejó morir a su mujer. La venganza está servida, para la que contará con un enigmático personaje llamado Getz.





Nos encontramos, por tanto, ante dos de los temas más característicos del spaghetti western: el de la traición y el de la venganza desarrollados por un guión obra de Dean Craig, en realidad Piero Regnoli (prolífico escritor con más de 100 libretos aunque con escasas aportaciones a este subgénero, entre las que destacan su participación en el libreto de “Navajo Joe”, película con la que tiene algún punto en común) que, creo, se caracteriza por su irregularidad. Así la película cuenta con dos partes diferenciadas: la primera caracterizada por un ritmo vibrante que te engancha, con un comienzo que sin preámbulos te introduce en la historia ya que lo primero que vemos es a los dos amigos siendo perseguidos por los soldados, para, a continuación, mientras aparecen los títulos de crédito ver como se suceden los años en prisión de Jerry y tras salir de la cárcel y regresar a su rancho comprobar la traición de su amigo. Pero tras el primer fundido en negro (recurso poco empleado en el spaghetti) la película se ralentiza y se alternan escenas que de alguna forma hacen avanzar la acción con otras que parecen auténticos rellenos como la del saloon con la típica cantante entonando una canción, la del baile tras la masacre perpetrada por los hombres de Méndez en el pueblo (escena claramente anticlimática) o la típica pelea que sostiene Jerry con los hombres de Méndez en el río que sirve para que el héroe reciba la consabida paliza (en este caso la segunda, tras la que le propinaron los soldados nordistas al inicio del film). Es en esta parte en el que el guión muestra ciertas incongruencias como el hecho de que Jerry que, según el plan urdido con Getz, se debía mantener en el más estricto anonimato a las primeras de cambio se enfrenta a dos hombres de Méndez acabando con ellos con lo que consigue atraer la atención hacia su persona o presenta situaciones un tanto forzadas como el encuentro entre Jerry y Getz y la incomprensible resurrección de Mary Ann, e incluso se inventa una segunda trama: el enfrentamiento entre Milton y Horner con el objeto de controlar el territorio.


No obstante, la película se sigue con un cierto interés gracias a las abundantes escenas de tiroteos y al gran combate final en un pueblo abandonado estupendamente rodado y que vuelve a chocar con la torpe escena en la que Jerry se enfrenta a Méndez.


Uno de los aspectos más positivos de la película creo que es la labor de Carlo Lizzani que bajo el seudónimo de Lee W. Beaver en un intento, supongo, de facilitar la distribución del film en el mercado estadounidense (de hecho el spaghetti contó con el apoyo de la United Artists) lleva a cabo una puesta en escena bastante clásica (incluso, como señalé anteriormente, recurre en varias ocasiones al fundido en negro) que huye de los tics menos afortunados del subgénero europeo y se caracteriza por su elegancia y preocupación en la composición de las escenas (buen ejemplo de ello es el enfrentamiento final en el pueblo abandonado); incluso rueda alguna estupenda escena lírica bastante inusual en este subgénero (la secuencia en la que Jerry llega a su antiguo rancho y lee el diario de su mujer mientras suena la melodía de una caja de música que remite inmediatamente al reloj del coronel Mortimer en “La muerte tenía un precio”).
Otro de los aspectos positivos es la labor en la producción de Dino de Laurentiis, habitualmente sinónimo de solvencia y calidad, lo que permite rodar en abundantes localizaciones que están estupendamente fotografiadas por Antonio Secchi (“Yo soy la revolución”, “Sentencia de muerte”) y contar con una buena labor de ambientación.




La banda sonora corrió por cuenta de Leo Nichols, es decir Ennio Morricone, y aunque creo que no es de lo mejor que escribió, cuenta con algún tema interesante de corte más clásico y con otro que recuerda vagamente al que compondría para “Navajo Joe” que están bien insertados en la acción. Lástima que la canción principal, “Home to my love” interpretada por Gino, me pareciera fuera de lugar al sonar como la típica canción folk propia de mediados de los sesenta.





Por lo que respecta al elenco actoral, está encabezado por tres actores estadounidenses. El papel de Jerry lo interpreta el para mí mediocre Thomas Hunter, una especie de híbrido entre Clint Eastwood y George Hilton que carece del magnetismo y del carisma del primero y de la simpatía del segundo, por lo que no me extraña que su carrera, desarrollada principalmente en Europa, fuera bastante corta. Henry Silva (“Los cautivos”, “Desafío en la ciudad muerta”, “El vengador sin piedad”) interpreta al pérfido Méndez un sicópata que recuerda por su vestimenta (rigurosamente negra) a Jack Palance en “Raíces profundas” y por su forma de actuar (con una risa malévola y estruendosa) a Richard Widmark en “Cielo amarillo”; en todo caso creo que es uno de los grandes aciertos del film y me parece una lástima que no participase en más spaghettis a pesar de que gran parte de su trayectoria también la desarrollase en Europa. Un maduro Dan Duryea (un veterano actor especializado en roles negativos que rodó con directores de la talla de Howard Hawks, Fritz Lang, Robert Siodmak o Anthony Mann) está estupendo en la piel de Winny Getz, un enigmático personaje que se convertirá en el gran apoyo de Jerry y de cuyas verdaderas motivaciones e identidad sólo tendremos conocimiento al final. Junto a ellos como única presencia femenina destacada nos encontramos con la bella Nicoletta Machiavelli como Mary Ann, un personaje insustancial y bastante intranscendente para el desarrollo de la película.
Tengo el DVD distribuido por Suevia en una colección especial a precio reducido que cuenta con imagen y sonido decentes y respeta el formato original del film, aunque los extras son escasos (ficha técnica, biofilmografías y tráiler del film) y le faltan, por lo que he podido comprobar, aproximadamente cinco minutos.

En definitiva, un más que correcto spaghetti western que toma como modelo los westerns de serie b estadounidenses, cuidadosamente realizado y que cuenta con la suficiente acción para no aburrir.


PUNTUACIÓN:

HISTORIA: 6.
AMBIENTACIÓN: 6.
DIRECCIÓN: 7.
ACTORES: 6.
MÚSICA: 6.

MEDIA: 6,2.

6 comentarios:

Pedro Pereira dijo...

La verdad es que no me ha gustado mucho.

El DVD de Koch Media esta muy bien, gran calidad de pantalla y entrevista con Thomas Hunter.

--
Pedro Pereira

http://por-um-punhado-de-euros.blogspot.com
http://filmesdemerda.tumblr.com

pritt dijo...

Vamos a dejarla en que es entretenida pero nada más.

Jesús dijo...

Hola pritt. Para mí ya es mucho con que un spaghetti sea entretenido porque, según estoy comprobando, hay bastantes que, además de estar mal hechos, son muy, pero muy aburridos. Un saludo.

pritt dijo...

Hola Jesús, claro que hay bastantes spaghettis malillos pero simplemente digo que para mi este no me ha aportado mucho aunque se se deja ver y hay buenas escenas. Eso si el "prota" no me acaba de convencer y su actuación me parece un pelin forzada hasta el punto de que al principio me llego a exasperar un poco el hombre. En lo que coincido contigo es en la actuación estelar de Henry Silva que le hace subir muchos enteros a la pelicula. Por lo que respecta al desarrollo de la pelicula se alternan partes buenas de acción que son las que mas me gustan y otras que para mi gusto sobraban. No me enrollo más, que aún me quedan muchos comentarios que publicar por aquí. SALUDOS.

echoes dijo...

A mi me gustó este spaghetti aunque mas parece western gringo por su estilo de realización.

Anónimo dijo...

Es un spaghetti bastante aceptable.
Especialmente bueno es el tema principal de la BSO, Morricone se marcó una de sus genialidades para un spaghetti de serie C. La pena es que solo suena dos veces en toda la película, pero es uno de sus temas top.