domingo, 11 de octubre de 2009

Y DIOS DIJO A CAIN


Y Dios dijo a Cain (E Dio disse a Caino)
1969
Italia/Alemania
Director: Antonio Margheriti
Reparto: Klaus Kinski, Peter Carsten, Marcella Michelangeli, Guido Lollobrigida, Antonio Cantafora, Giuliano Raffaelli, Luciano Pigozzi, Lucio De Santis, María Luisa Sala, Joaquín Blanco, Giacomo Furia, Furio Meniconi, Luigi Bonos, Marco Morelli, Franco Gulà, Osiride Pevarello, Pedro Mendiconi, Marip Novelli, Conrado San Martin.
Guión: Antonio Margheriti, Giovanni Addessi
Fotografía: Luciano Trasatti, Riccardo Pallottini
Música: Carlo Savina


Oscuro y siniestro spaghetti western con el problematico Klaus Kinski como la estrella indiscutible del film.



Gary Hamilton (Kinski) recibe el perdón tras estar diez años sentenciado a trabajos forzados. Hamilton no duda en volver a su pueblo, para allí acabar con Acombar (Peter Carsten), el hombre que lo traicionó y le preparó la trampa que sirvió para acusarle de un crimen que no había cometido.

El primer dato que llama la atención de "Y Dios dijo a Cain" es que su guión esta tomado de un spaghetti de unos meses antes, "Los Pistoleros de Paso Bravo" (1969-Salvatore Rosso), y es que además de copiar la base inicial de la película, tanto el nombre del protagonista como del villano principal son el mismo que en la película de Rosso. Pero solo coinciden en este par de detalles, y aunque no se puede dudar de que los guionistas de esta se "inspiraron" en aquella otra, la labor del director Antonio Margheriti hace que sean dos películas completamente distintas.



La mayor parte del metraje se sitúa en una única noche de venganza y violencia, en la que el Halmiton va eliminado uno a uno a todos los hombres de Acombar, para después terminar acabando con este en un final homenaje a la escena de los espejos en "La Dama de Shangai" de Welles.

Coinciendo con la "vendetta" del protagonista, esa misma noche un tornado castiga el pueblo, haciendo que los pistoleros de Acombar tengan más difícil la labor de encontrarlo. Y es que el propio Halminton a veces parece que se funde con el tornado, y a ojos de sus enemigos es un fantasma que aparece y desaparece a voluntad, mientras la campana de la iglesia no deja de sonar...



Antonio Margheriti logra de un guión bastante limitado, montar una película cuanto menos curiosa, con muchos momentos inundados de escenas más cercana a un film de genero terrorífico o de suspense, sobre un personaje que cuanto más avanza el metraje más parece un ente no-físico, que simplemente se pasea por el pueblo y la mansión de Acombar, acabando con todos los pistoleros y cada vez con menos lineas de diálogos, para al final terminar desapareciendo junto con el tornado del pueblo, después de completar su venganza.

Aunque los intentos de Margheriti son loables, no puede evitar algunos lastres, entre ellos el escaso presupuesto, o la mala fotografía, que hace que la noche sea demasiada noche, eliminando la visión en muchas partes de la película.
Tampoco acompaña mucho la música, que es básicamente una rutinaria banda sonora de cualquier film de terror de serie B.

Sobre Klaus Kiski, aunque a veces parece que actúa con cierta desgana, y realmente no termina de desarrollar el personaje (de todas formas, quizás es que realmente tampoco había mucho que desarrollar), es un papel que no se puede negar que le queda perfecto, y la película se convierte en un buen lucimiento para el aleman.



Cinta de visita obligada para llegar a conocer cuando el spaghetti se unía a otros géneros, dando unos resultados bastante loables, que cuanto menos se salía del esquema tipico visto en centenar de westerns europeos.

PUNTUACIÓN:

HISTORIA: 5
AMBIENTACIÓN: 8
DIRECCIÓN: 8
ACTORES: 6
MUSICA: 3

MEDIA: 6

12 comentarios:

Pedro Pereira dijo...

Gran película de Margheriti, quizás su mejor.
Creo que Gary Hamilton se parece mucho con Batman...
Sin duda esta en mi top 20 del spaghetti-western.

Jesús dijo...

En primer lugar comentaros que me ha gustado bastante esta historia de un individuo que, tras cumplir injustamente condena durante diez años por un delito no cometido, decide vengarse de los verdaderos autores del robo que, además, le inculparon mediante pruebas falsas.

Por tanto nos encontramos ante la típica historia de venganza pero que cuenta en este caso con algunos elementos originales: el tiempo de la peli pues se desarrolla en un solo día (desde que es indultado el protagonista hasta la madrugada siguiente, una vez que ha consumado su venganza), el protagonismo en la cinta de la noche (la peli podría llamarse perfectamente La larga noche de la venganza o algo así, ya que ésta tiene lugar al ponerse el sol), su estética que me recordó en algunas escenas al ciclo de pelis que dirigió Roger Corman basándose en relatos de Poe y en otras a los típicos films de terror de la Hammer. De hecho el personaje de Klaus Kinski, Gary Hamilton, se comporta en muchos casos como un espectro que aparece y desaparece de forma caprichosa, como si tuviera el don de la ubicuidad, con el objetivo de ir acabando de forma diferente y uno a uno con sus enemigos (disparándolos, ahorcándolos, sujetándolos para que perezcan aplastados, etc).

El guión, a pesar de sus limitaciones, me ha parecido bastante aceptable en el sentido de que consigue que no haya tiempos muertos y que la trama no decaiga, por lo que la peli, por lo menos en mi caso, se sigue con gran interés hasta el final. Además me gustó mucho la idea, por otra parte ya vista, del ciclón que se abate sobre el pueblo como metáfora de la sed de venganza de Gary y las consecuencias sobre la población de ésta. Así se equipara el poder devastador de las fuerzas desatadas de la naturaleza con las pasiones destructivas de los hombres.

Por lo que respecta a labor en la dirección de Anthony M. Dawson (Antonio Margheriti) me ha parecido más que correcta y, como dije antes, lo que más me ha llamado la atención es que dota al spaghetti de una atmósfera lúgubre y tenebrosa propia de las pelis de terror, bien a través de distintos planos (como la visión inclinada y nocturna de la iglesia mientras se oye el tañido de campanas o el descubrimiento repentino por los pistoleros de un compañero ahorcado) o bien a través de distintas escenas (como aquella en que Gary entra por el balcón en la habitación de su antigua amante que remite a Drácula vampirizando a Mina).

En cuanto a la banda sonora me pareció uno de los aspectos más flojos del film, quizás por la falta de presupuesto, y cuenta con un tema principal, para mí, mezcla de blues y de la típica canción que por esa época se podía escuchar en los distintos festivales (San Remo, Benidorm, etc).

En relación con los actores, cabe señalar que a Klaus Kinski se le nota cómodo en la piel del vengativo y torturado Gary Hamilton, además creo que su inquietante aspecto le ayuda bastante. Peter Carsten, actor al que nunca había visto, se deja ver como Acombar, el hombre que ideó el plan para inculpar del robo a Gary. El resto de actores apenas tienen papeles que defender, salvo Marcella Michelangeli que, para mí, está bastante sobreactuada (parecía imitar a las heroínas de los films de terror británicos de los sesenta con tanto grito).

Como curiosidad también señalaros, como indica Tup, que el director, en el estupendo final, rinde homenaje a la escena de los espejos de “La dama de Shanghai” (“The lady form Shanghai”) de Orson Welles.

En definitiva, creo que es un interesante spaghetti que con un guión un poco más trabajado y con mayor presupuesto (pienso, no obstante, que sortea este inconveniente bastante bien), hubiera podido ser una gran peli. La califico como buena.

Por último es obligado comentaros que la edición puesta a la venta por Jenymar (Serie Texas) a mí entender es una basura. No respeta el formato original del film, la imagen es muy defectuosa por lo que la falta de nitidez en algunas escenas nocturnas no sé si es culpa de la peli o de la copia editada en video y el doblaje es poco acertado.

venom88 dijo...

La actuacion de Kinski es notable, y la idea de las campanas sonando es simplemente genial, al igual que la escena donde el caballo aparece galopando solo.

En fin una buena pelicula.

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Aunque no esté considerada entre los mejores Spaghetti, me llamó la atención que esta película tiene una pequeña legión de fans incondicionales que la suelen recomendar. Eso me animó a verla y he de admitir que me voy a sumar a ese grupo de defensores del film.

Me pareció una propuesta que, aunque de base parte de lo más tópico del género, deriva en un planteamiento muy fresco, mezclando el western con el thriller o incluso el terror de forma bastante acertada.

Reconozco que se nota la falta de medios, que hay algunas inconsistencias en la trama o que la banda sonora es malilla, pero me ha aportado un montón de buenos detalles que pesan mucho más que los malos:

- La meritoria dirección de Antonio Margheriti, que consigue mantener el interés del espectador a pesar del poco margen de acción que le da una historia que le limita mucho en cuanto a tiempo, entorno y posibilidades de acción de los personajes.

- Un guión que a mí sí me pareció bastante correcto. Aunque es una historia muy sencilla, sabe sacar partido a los secundarios y al propio pueblo para que la acción no decaiga. Gary Hamilton tiene una presencia muy imponente, pero es bastnte plano en cuanto a motivaciones (más que una persona es una fuerza de la naturaleza, un espíritu de la venganza), así que a menudo el guión se centra con acierto más en los secundarios que en el protagonista.

- Un casting muy acertado. Kinski es una elección perfecta, ya que Hamilton tiene que ser algo más siniestro que el típico héroe de western. El actor se muestra mucho más contenido de lo que nos tiene acostumbrados, algo que beneficia al film.
El resto del reparto está bien. Más allá de las interpretaciones, que muchas no son para tirar cohetes, sí que los veo a todos muy bien elegidos visualmente. Todos dan el pego en sus papeles. Me gustaron especialmente Carsten y el que hace de su hijo.

- Una ambientación fabulosa, con un montón de elementos del terror más clásico que le dan una atmósfera muy tenebrosa. La noche, la tormenta, las campanas, las cortinas voladas por el viento, el asesino casi fantasmal... Además de hacer justicia, Hamilton infunde tal terror en sus presas, haciéndoles perder el control y acaban siendo ellos mismos quienes causan su propia perdición.

- Me encantó el que se recreen tanto en las emociones de los "villanos". Mientras que Hamilton es frío y despiadado (ya está muerto por dentro), los malos son muy humanos e incluso los sicarios se lamentan cuando van muriendo sus amigos y puede palparse su creciente temor.

- Un puñado de escenas muy curiosas, como la persecusión del indio en el pasadizo, la llegada de Hamilton al anochecer, su aparición en la casa a través de las cortinas o el asesinato con la campana. Visualmente, la película le da al espectador bastantes detalles de interés. Lástima de no haber contado con una mejor iluminación en algunas escenas nocturnas.

Aunque yo le habría dado algo más de nota que Julio (aunque no mucha más, que a fin de cuentas estamos ante un producto muy serie-B), coincido con él que sobre todo la película interesará a quienes gusten de mescolanzas raras entre géneros.


Durango

Anónimo dijo...

bueno: para mi es un spaguetti del montón.Con el tema tan manido de la venganza. Pero admito, que tiene ingredientes muy sabrosos, que si tuviera mas medios, y un guión más elaborado, si las escenas nocturnas estuvieran más iluminidas, estariamos hablando de un grandisimo spaguetti.
Destaco a Kinski, con sus míticas actuaciones mimetistas, el no necesita hablar, me recuerda a su actuación en Aguirre.
El viento, y la campana sonando, es la banda sonora de este spaguetti que anuncia vientos de guerra. Tambien destaco la escena final de los espejos, original. En definitiva, insuficiente spaguetti, pero con el sabor de que si tuviera mas presupuesto, mejor iluminación, y mejor guión, estariamos hablando de una gran película.

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