lunes, 6 de junio de 2011

EL ÚLTIMO MOHICANO


El último mohicano
1965
España/Alemania/Italia 
Director: Harald Reinl
Reparto: Joachim Fuchsberger, Karin Dor, Daniel Martín, Anthonny Steffens  , Carl Lange, Marie-France, Stelio Candelli, Ricardo Rodriguez, Kurt Großkurth, Angel Ter, Alexander Kerst, Mariano Alcón, Frank Braña, Rafael Hernández, Cris Huerta, Ricardo G. Lilló, Jean-Claude Mathieu
Guión:  J. Joachim Bartsch, Roberto Bianchi Montero, José Antonio de la Loma, Giovanni Simonelli
Fotografía: Ricardo Andreu, Ernst W. Kalinke, Giuseppe La Torre, Francisco Marín
Música: Franceso De Masi, Peter Thomas


Los indios hurones con su jefe Magua al frente y el apoyo de unos bandidos acaban con el último poblado de los mohicanos al mismo tiempo que, a cambio, asaltan a una columna del ejército para apoderarse del oro que transporta, pero los soldados logran refugiarse en el rancho-fortaleza del Coronel Munro. La situación se agravará con la presencia de otra columna con las hijas del coronel que también será atacada por Magua y a la que ayudarán Uncas, el último de los mohicanos y enemigo declarado del jefe hurón, y su hermano de sangre, el cazador Ojo de Halcón.


Nueva versión de la popular novela escrita en 1826 por James Fenimore Cooper que ha sido llevada numerosas veces a la pantalla grande, desde la época del cine mudo con la versión de 1920 en la que Wallace Beery interpretó a Magua, pasando por la protagonizada por Randolph Scott en 1936, hasta la más famosa dirigida en 1992 por Michael Mannn con Daniel Day-Lewis en el papel de Ojo de Halcón y Madeleine Stowe como Cora.


En esta ocasión los guionistas, entre ellos el habitual de la productora de los hermanos Balcázar José Antonio de la Loma y el francés J. Joachim Bartsch, adaptan libremente el texto original. De hecho se centran en la primera parte de la novela (la odisea de las hermanas Munro para llegar al fuerte en donde les espera su padre y el posterior sitio de la fortificación) y suprimen la parte central que dio origen al libro: la masacre del fuerte William Henry perpetrada por los indios hurones en 1757 ante la pasiva actitud del ejército francés al mando del marqués Montcalm.





Además tampoco respeta las coordenadas espacio-temporales de la obra original ya que el libro de Cooper se desarrollaba durante la Guerra de los Siete Años (1756-1763), que en Norteamérica enfrentó principalmente a los británicos y a los franceses por el control de amplios territorios de caza y por el comercio de pieles al oeste de los Apalaches y en torno a la región de Los Grandes Lagos; mientras que en la película la historia tiene lugar durante la segunda mitad del siglo XIX en las grandes zonas desérticas del suroeste.


Por último, los personajes también sufren importantes modificaciones. Así hay algunos que desaparecen como el músico que acompañaba en la novela a las hijas del coronel Munro, sustituido por el cocinero de la columna (único personaje que sirve de contrapunto cómico); otros pierden importancia como es el caso de Ojo de Halcón que cede el protagonismo a Uncas e incluso desaparece durante buena parte del film; mientras que algunos de ellos (Cora, el coronel Munro o Chingachgook) tienen un final diferente.


Las modificaciones que contenía el libreto respecto a la obra original más la participación en la dirección de Harald Reinl, un director alemán de cierto prestigio vinculado durante estos años con la poderosa Central Cinema Company Film alemana y responsable de cuatro de los filmes del Oeste basados en las novelas del escritor Karl May, dieron lugar a un western de atmósfera clásica que seguía claramente la estela de los cuatro westerns anteriormente citados buscando, supongo, repetir su éxito, de tal forma que la relación entre Uncas y Ojo de Halcón e incluso ambos personajes recordaban claramente al jefe indio Winnetou y a su hermano de sangre Old Shatterhand.


El film, que contó con un presupuesto notablemente holgado para este tipo de producciones gracias sobre todo a la participación junto con la Balcázar Producciones Cinematográficas de la International Germania Film, abandona por tanto toda referencia histórica y se centra sobre todo en las escenas de acción, estupendamente rodadas por Reinl (sobre todo las del enfrentamiento en La Quebrada del Águila Negra y las del asalto al rancho, con la espectacular voladura de la montaña) en detrimento de las relaciones entre los personajes que quedan más desdibujadas, sobre todo la doble historia de amor entre el mayor Hayward y Alice (bastante ñoña) y la apenas esbozada de Uncas con Cora.





Otros aspectos positivos del largometraje son:


La estupenda fotografía que retrata bellamente los habituales paisajes desérticos almerienses y los más infrecuentes de la Ciudad Encantada de Cuenca, llamada en el largometraje el Jardín de los Árboles Petrificados. Una lástima que no se filmarán más spaghettis en esta última porque los resultados fueron por lo general muy buenos, como en “Johnny el Vengador” o Salario para matar (ambas con sus respectivas reseñas en este blog).


La variada, apropiada y bien utilizada banda sonora de Peter Thomas (otras fuentes dan como coautor a Francesco de Massi, pero en los títulos de crédito de la película no aparece como tal), aunque, curiosamente, me gustaron más varios temas que se escuchan a lo largo del film que la melodía principal.


Por lo que se refiere a los actores, al tratarse de una coproducción italo-germano-española nos encontramos con intérpretes de las tres nacionalidades que tienen que lidiar con unos personajes muy pocos perfilados. El, para mí, limitado actor español Daniel Martín, actor que ya había participado en uno de los primeros westerns rodados en España (“Gringo” de 1963), fue el encargado de dar vida a Uncas. Anthonny Steffens, en el año de su debut en este subgénero y con su verdadero nombre de Antonio de Teffe, interpretó, con su inexpresividad habitual, a Ojo de Halcón; mientras que Karin Dor y Marie-France poco pueden hacer con los papeles que les tocaron en suerte, las hijas de Munro Cora y Alice; mejor parados, creo que, salen los alemanes Joachim Fuschberger (actor habitual en una serie de películas de suspense basadas en novelas de Edgar Wallace dirigidas en su mayor parte por Alfred Vohrer y el propio Harald Reinl) como el mayor Hayward y Carl Lange como el duro coronel Munro capaz, según sus propias palabras, de fusilar a parlamentarios a pesar de llevar bandera blanca.


Por último tengo que referirme a la chapucera edición de Filmax que, aunque cuenta con una imagen y un sonido aceptables, omite casi veinte minutos de película lo que da lugar a cortes bruscos entre las distintas escenas (conté hasta tres que se producen abruptamente mientras habla un personaje) con lo que, supongo, este hecho afecta al desarrollo narrativo de la película. ¿Tanto hubiera costado haber respetado la versión íntegra y haber subtitulado las partes no dobladas? Por lo que se refiere a los extras, directamente no existen.


Como curiosidad comentaros que ese mismo año se rodó otra adaptación de la novela de Cooper “Uncas, el final de una raza”, también protagonizada por Daniel Martín, más fiel al original, con un presupuesto mucho menor (según he leído en el estupendo libro de Gutiérrez Recacha “Spanish western. El cine del Oeste como subgénero español 1954-1966” la versión dirigida por Reinl contó con casi veinte millones de pesetas mientras que ésta apenas alcanzó los catorce) y unos resultados, por lo que también he leído, claramente inferiores desde el punto de vista técnico, artístico y comercial.




En definitiva una película simple pero muy entretenida, con un acabado técnico notable y un ritmo trepidante, aunque tanto narrativa como estéticamente muy alejada de lo que entendemos por spaghetti western.


PUNTUACIÓN:
HISTORIA: 6
AMBIENTACIÓN: 6
DIRECCIÓN: 6
ACTORES: 5
MÚSICA: 7
MEDIA: 6

1 comentario:

Anónimo dijo...

Good! Tiengo essa pelicula...

janclerques
www.vivagringo.blogspot.com