lunes, 30 de mayo de 2011

Sorteo "Erase una vez...el Western"


El proximo domingo 5 junio sortearemos en el 800 SW una copia en DvD del corto "Erase una vez el western".
¿Como participar?:
Muy facíl:
-Dejar un mensaje en esta entrada de que quieres participar en el sorteo con tu nombre o apodo.
-Mandar un email con tu nombre completo, dirección e indicando el nombre o apodo que has usado para dejar el mensaj a mi dirección de contacto que aparece en mi perfil  (Julio Alberto).

Y ya está.
Entre todos los que se apunten sortearemos el DvD.
El ganador recibirá de forma totalmente gratuita, y con los gastos pagados, una copia de este fenomenal corto.
Además, como Bonus, el primero que se apunte en el sorteo, recibirá un DvD por ser el primero, sin sorteo.
(Eso si, no podrá ganar el 2º  DvD).

Suerte a todos.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Chuck Connors


Más conocido como “El hombre del rifle”, Kevin Joseph Aloysius Connors nació en el seno de una humilde familia de inmigrantes irlandeses en New York el 10 de abril de 1921.


Su gran altura (medía 197 centímetros) y sus capacidades atléticas le valieron una beca en una escuela secundaria privada y, más tarde, en la Universidad de Setton Hall en la que permanecería durante dos años hasta su alistamiento durante la Segunda Guerra Mundial en donde comenzó a jugar a baloncesto, deporte que, tras haber formado parte de los Boston Celtics, abandonó por el beisbol, su gran pasión, llegando a jugar para los Dodgers de Brooklyn.


Fue practicando este deporte en un equipo de Los Ángeles cuando un caza talentos de la MGM, a su vez fanático del beisbol, se fijó en él ofreciéndole un pequeño papel de policía (inicialmente iba a hacer de boxeador, pero el personaje terminó siendo interpretado por Aldo Ray) en la deliciosa comedia de George Cuckor “La impetuosa” (1952) pensada para la pareja Spencer Tracy-Katherine Hepburn. A esta le siguieron pequeñas intervenciones en largometrajes como la comedia ambientada en el mundo del deporte “Un conflicto en cada esquina” dirigida en 1953 por Michael Curtiz y protagonizada por John Wayne, el film de aventuras “Huracán de emociones” también de 1953 en donde conocerá a Burt Lancaster del que se convertirá en un gran amigo, o “Mi desconfiada esposa” alta comedia dirigida en 1957 por Vincente Minelli con Gregory Peck y Lauren Bacall; al mismo tiempo que se dejó ver en varias series de televisión (“Letter to Loretta” con Loretta Young, “La ley del revólver” , “Calibre 44” o “Caravana”).


1958 se convierte en su año clave ya que participa en el gran western de William Wyler “Horizontes de grandeza” con Gregory Peck, Jean Simmons y Charlton Heston, en el que interpreta al bravucón y cobarde hijo de Burl Ives; mientras que la ABC le ofrece el papel Lucas McCain, un colono de Nuevo Méjico que se esfuerza por educar a su hijo en un territorio hostil mientras trata de ayudar al sheriff de la zona, en la serie “El hombre del rifle” que se mantuvo en pantalla durante 168 episodios emitidos entre 1958 y 1963, participando en alguno de ellos como guionista y director Sam Pekinpah. Con esta serie se convertiría en una estrella, haciéndose inolvidable su imagen disparando desde la cadera un Winchester con una palanca más redondeada de lo habitual.


En los años sucesivos participa en films de gran éxito como “Mi amigo Flipper” que daría lugar a una serie de televisión o “Gerónimo” en el que dio vida al jefe de los apaches chiricauas, así como protagonizará, con desigual fortuna, otras tres series de televisión: “Arresto y juicio” (treinta episodios entre 1963 y 1964) junto a Ben Gazzara, “Marcado” (cuarenta y ocho episodios entre 1965 y 1966) también ambientada en el Oeste y en la que interpretaba a Jason McCord un capitán expulsado de West Point supuestamente por cobardía que se convertía en una especie de agente del gobierno y “Cowboy en África” (veintiséis episodios entre 1967 y 1968).
 
Es en 1968 cuando se produce su debut en el spaghetti western al protagonizar la notable película dirigida por Enzo G. Castellari “Mátalos y vuelve”, lástima que el resto de sus papeles en este género fueran menos interesantes.


Al igual que le ocurrió en el euro western y aunque durante los años setenta y ochenta no le faltó trabajo, sus apariciones tuvieron lugar en la mayoría de los casos en largometrajes realizados a uno y otro lado del Atlántico de escaso interés, entre los que podemos destacar “Látigo” de Burt Kennedy con James Garner, “Aterriza como puedas 2: la secuela”, “Soylent Green: Cuando el destino nos alcance” estupenda película de ciencia ficción dirigida por Richard Fleischer e interpretada por Charlton Heston y Edward G. Robinson o “Salmonberries” de Percy Adlon, realizada un año antes de su fallecimiento.


También se le pudo ver en numerosos telefilmes como “Texas train” dirigida por Burt Kennedy en 1988 y protagonizada por Richard Widmark y series de televisión como “Raíces” por la que estuvo nominado a un Emmy o “La rosa amarilla” junto a Cybill Shepperd, David Soul y Edward Albert.


En 1991 volvió a interpretar a Lucas McCain en la producción para televisión “The gambler returns” y en 1992 moría de una neumonía agravada por el cáncer de pulmón que padecía.


De la fama que alcanzó en vida da idea el hecho de que tenga desde 1985 su estrella en el Paseo de la Fama en Hollywood y desde 1991 una placa en el Cowboy Hall of Fame.


Como curiosidad comentaros que es uno de los doce deportistas que ha practicado profesionalmente el baloncesto y el beisbol.

Filmografía SW
1968.- “Mátalos y vuelve”.
1971.- “La quebrada del diablo”.
1972.- “El desafío de Pancho Villa”.
1981.- “Las mujeres de Jeremías”.



lunes, 9 de mayo de 2011

DOC, MANOS DE PLATA


Doc, manos de plata
1965
España/Italia
Director: Alfonso Balcázar 
Reparto: Karl Möhner, Luis Dávila, Gloria Milland, Fernando Sancho, Umberto Raho, Óscar Pellicer, Irene Mir, Franco Balducci, Dario De Grassi, Juanita Espàn, Pedro Gil, Daniella Gouzzi, Loris Loddi, Evaristo Maran, Carlos Ronda
Guión Miguel Cusso, Alfonso Balcazar, Giovanni Simonelli
Fotografía: Mario Capriotti, Stelvio Massi

Música: Angelo Francesco Lavagnino 


Doc McGregor, antiguo cirujano convertido en un alcoholizado jugador, es acusado injustamente de un asesinato y perseguido por Slade, un famoso cazador de recompensas. En su huida topará con el cadáver de Larry Kitchener cuya identidad suplantará. Pero sus problemas no han hecho nada más que comenzar ya que Kitchener, en realidad un famoso pistolero que se caracteriza por portar un colt de oro (de ahí el nombre de la película en italiano), había sido contratado como sheriff por el pueblo de Baldosas con el objeto de acabar con Reyes, un bandido mejicano que junto a su banda tiene aterrorizada a su población.



Típica coproducción italo-española de 1965 de la Balcázar Producciones Cinematográficas, una de las compañías productoras catalanas más longevas, junto con la de Ignacio F. Iquino, que ese año dio el gran salto a la producción intensiva de films (mientras que en 1964 sólo se implicó en cuatro largometrajes, en 1965 aparece en los créditos de diecinueve, la mayoría en régimen de coproducción aprovechando las ventajas de la nueva política de subvenciones, de los cuales diez son westerns) gracias a que, a imitación de los grandes estudios norteamericanos, contó con su compañía productora, su distribuidora (Filmax) y sus propios estudios en Esplugas (el famoso Esplugas-City) cuya inversión rentabilizaría no sólo con el rodaje de sus abundantes producciones sino también alquilándolo a otras productoras. De esta forma se convertiría en una de las compañías fundamentales en el desarrollo del western realizado en España, cuyos productos se caracterizaron, gracias al recurso de las coproducciones anteriormente citadas, por contar con un presupuesto algo superior a los filmes del Oeste hechos en nuestro país por otras compañías más modestas.



El largometraje cuenta con un guión de Alfonso Balcázar, José Antonio de la Loma y Miguel Cussó, autor de novelas populares del Oeste bajo el nombre de Michael Kuss que fueron fuente de inspiración de buena parte de los euro westerns, bastante rutinario, simple, con varios giros en el guión (a mitad del film se abandona el motivo por el cual actúa Reyes extorsionando y presionando a los propietarios de los ranchos para que abandonen sus propiedades: la inminente construcción del ferrocarril con lo que ello supone respecto a la revalorización de los terrenos) y con los personajes poco desarrollados, en el que se puede apreciar una doble influencia:




Por una parte un aumento y gusto por la violencia que se hace más cruel y sádica, que creo se puede deber al éxito del largometraje dirigido por Sergio Leone “Por un puñado de dólares”, anunciando así una nueva tendencia en los westerns realizados en Europa. Este gusto por la violencia más explícita se aprecia claramente, entre otras, en dos secuencias: aquella en la que Reyes, personaje interpretado por Fernando Sancho, mata a sangre fría a cuatro campesinos, incluida una mujer y, sobre todo, en la larga tortura que sufre Doc-Kitchenner a manos de éste y de sus hombres al que incluso arrojan un cazo con agua hirviendo a la cara.



Por otra parte, el tramo final, con el enfrentamiento de Doc y Slade con la banda de Reyes, es deudora claramente de dos clásicos norteamericanos: “Solo ante el peligro”, ya que, ante la amenaza de los forajidos, los habitantes del pueblo dan la espalda a su nuevo sheriff (incluso hay un plano con Doc en el suelo disparando que es un calco de otro perteneciente a la película protagonizada por Gary Cooper) y de “Río Bravo” puesto que el nuevo sheriff ante el abandono de los ciudadanos no se muestra dolido sino todo lo contrario, los comprende; así le comenta a Slade: “En el fondo tienen razón. Me pagan para que yo les proteja, no para que ellos me protejan a mí”. Es decir, está adoptando el mismo punto de vista de la película de Hawks, el sheriff es un profesional y como tal debe cumplir su trabajo por el que recibe una remuneración, siendo impensable que, como ocurría en el film de Zinemann, tenga que pedir ayuda a sus conciudadanos para solventar éste.




Además, también se puede rastrear la influencia de otro western clásico, “Warlock” (film de 1959 dirigido por Edward Dmytryk) pero en este caso sólo en el planteamiento del film, ya que como en éste los atemorizados y cobardes habitantes del pueblo contratan a un pistolero, que para más inri porta unos colts de oro, para que acabe con los forajidos que los tienen atemorizados.


Por lo que respecta a la dirección del propio Alfonso Balcázar me ha parecido bastante atropellada y descuidada, con un uso desacertado del montaje tanto el correspondiente a una misma escena como entre escenas lo que da lugar a secuencias indebidamente explicadas y a transiciones muy bruscas entre ellas. Como ejemplo podría citar el primer enfrentamiento en una cantina entre Doc y Slade por un lado y Reyes y sus hombres por otro, en el que sucesivamente se ve a Reyes que parece recibir un disparo, a continuación a Doc y Slade conversar tras el tiroteo y por último, al primero abandonar la cantina ante la mirada compungida de una camarera con la que apenas ha tenido relación, creo que en la secuencia faltan planos aclarando cuál es el estado de Reyes (más tarde en otra secuencia comprobaremos que está herido) y la relación de la camarera con Doc; o la transición entre la escena en la que Doc toma una copa en el saloon que se empalma directamente sin, por ejemplo, un fundido en negro, con la siguiente en la que entra en su oficina y ve a Slade sentado, enterándonos por la conversación que mantienen que ha transcurrido un día, o aquella otra en la que vemos a Slade reprochar a Doc su borrachera que se empalma con otra en la que vemos, ya de noche, perseguir a este último un carromato sin saber las razones. Pero además el desacierto en la dirección es tal que por momentos las escenas se hacen confusas; así toda la secuencia que se desarrolla en el establo tras ser torturado el protagonista se caracteriza por la incapacidad del director para situar a los personajes en el escenario, con lo que unas veces parece que están fuera del mismo y a continuación dentro y no queda nada claro dónde colgaron a Doc, y lo mismo ocurre, aunque no de forma tan acusada, en el embrollado tiroteo final.


Por lo que respecta a la banda sonora compuesta por Angelo Francesco Lavagnino, la misma pasa desapercibida sin que haya ningún tema que se recuerde tras finalizar el film, incluso la canción de los títulos de crédito (“Golden gun” interpretada por los hermanos Wilder, cantantes habituales en los eurowesterns) me pareció una más de las que he escuchado hasta ahora.



En cuanto a los actores, se contó con Karl Möhner (uno de los interpretes austriacos más internacionales que ya había participado en dos eurowesterns, entre ellos la olvidable y ya comentada en este blog “30 winchesters para el diablo”) que, para mí, no pasa de correcto como Doc, un antiguo cirujano caído en desgracia y reconvertido en pistolero y jugador alcoholizado, personaje recurrente en el western clásico y cuyo paradigma quizás sea la figura de Doc Hollyday. En este caso conseguirá redimirse gracias a una doble y heroica acción: su enfrentamiento con los hombres de Reyes para el que utiliza sus nuevas herramientas de trabajo (los colts) y la extracción de la bala al hijo de Norma, Bob, aunque eso suponga delatarse a sí mismo y ser apresado por Slade, a través de los que siempre fueron sus útiles para desarrollar su auténtica profesión (el bisturí y demás instrumentos de un cirujano). Como coprotagonista tenemos a Luis Dávila un actor argentino que me gusta especialmente en los westerns porque da bastante bien el tipo de vaquero; en esta ocasión interpreta a Slade, un peculiar cazador de recompensas ya que no se dedica a esa profesión solamente por el dinero sino porque, según entiende, los representantes de la ley se han convertido en unos burócratas que no saben cumplir con sus obligaciones (de nuevo nos encontramos con el tema de la profesionalidad) pero se muestra despiadado con los forajidos (siempre los entrega muertos). Frente a la contenida interpretación de ambos, nos encontramos con la mucha más dinámica de Fernando Sancho, un actor que sabía llenar la pantalla con su gran personalidad, que encarna a Reyes un forajido mejicano autodenominado, como en mucho de estos westerns, general y contratado por el corrupto alcalde para echar a los colonos de sus propiedades. Por último, el principal personaje femenino recayó en Gloria Milland (habitual por esta época en los westerns rodados en España gracias a sus colaboraciones con los hermanos Marchent) que da vida convincentemente a Norma O’Connor, una viuda objeto de la extorsión de Reyes justo en el momento de llegar al pueblo Doc-Kitchener.


En resumen, un euro western flojillo, bastante simple y en el que se aprecia, por sus fallos, la premura en su realización aunque contiene las suficientes escenas de acción para no aburrir del todo.


PUNTUACIÓN:

HISTORIA: 4
AMBIENTACIÓN: 5
DIRECCIÓN: 2
ACTORES: 6
MÚSICA: 4

MEDIA: 4,2