1967
España/Italia/Francia
Director: Florestano Vancini
Reparto: Giuliano Gemma, Francisco Rabal, Gabriella Giorgelli, Conrado San Martín, Franco Cobianchi, Nieves Navarro, Manuel Muñiz, Teodoro Corrà, Milo Quesada, Giovanni Ivan Scratuglia, Pedro Basauri 'Pedrucho', Omán de Bengala, Carlos Hurtado, Carlos Otero, Jesús Puche, Juan Antonio Rubio, Bill Farbert, Moises Rocha, Oman de Bengala
Guión: Mahnahen Velasco, Fernando Di Leo
Fotografía: Francisco Marín
Música: Armando Trovaioli
SINOPSIS: Ted Barnett, injustamente condenado a treinta años de cárcel por el asesinato de su padre, se escapa de la prisión en la que llevaba confinado los últimos tres años. A partir de ese momento tratará de averiguar quién estuvo detrás del complot y las razones del mismo.
Junto a él, en la producción nos encontramos con el tándem responsable entre otros de “Una pistola para Ringo”, “El retorno de Ringo” y “Los profesionales del oro” (todas ellas con sus respectivas reseñas) Alberto Plugiese-Luciano Ercoli. Este último, también realizador, dirigió en la década de los setenta a su esposa Nieves Navarro en varios aceptables giallos (“Días de angustia”, “La muerte camina con tacón alto” y “La muerte acaricia a medianoche”). Mientras que en el guión intervinieron Augusto Caminito, responsable de los originales libretos, para ser spaghettis, de “Los profesionales del oro” (adaptación al universo del spaghetti de la gran novela de B. Traven “El tesoro de sierra Madre”) y “El último pistolero” (también comentada en este blog) y Fernando di Leo, con numerosísimos euro westerns en su haber además de haber sido el creador del seudónimo para Nieves Navarro de Susan Scott, que en esta ocasión aparece pluriempleado como ayudante de dirección. Y a ellos hay que añadir profesionales de la talla de Wolfgang Burman en la decoración y a Giuliano Gemma, una de las grandes estrellas de este subgénero, como protagonista. Por lo que el resultado en principio no debería ser malo.
Y la película creo que efectivamente responde a las expectativas creadas ya que se trata de una libre, interesante y vibrante adaptación de “El Conde de Montecristo” (un género que tenía como uno de sus temas principales la venganza es lógico que se fijara en una de las grandes novelas decimonónicas que desarrollaba dicho tema) en la que los guionistas pusieron el énfasis en desarrollar una historia oscura, sobre todo en la primera parte, en detrimento de la acción mecánica (quizás para algunos aficionados la primera hora sea demasiado lenta) en la que el protagonista irá conociendo y matando a los individuos que en su día le traicionaron. Además perfectamente entrelazada a esta trama principal se desarrollará otra con la venta de armas a un bandido-revolucionario mejicano que se denomina general por parte de los individuos que conspiraron contra el protagonista, por lo que tangencialmente el filme se relaciona con los Zapata westerns.
Pero lo que más me ha llamado la atención es lo bien filmado que está el largometraje por Vancini, director que parece ser fue escogido como sustituto de Duccio Tessari al no poder éste comprometerse en el último momento, apreciándose su preocupación por la composición de las escenas. Así disfrutaremos con escenas magníficamente planificadas, como el gran final, desde que Barret es conducido al cadalso hasta el espléndido tiroteo estupendamente rodado, o aquella, por poner un ejemplo, en la que vemos en un solo plano entrar a Cobb en un local acristalado y desplazarse hasta el fondo donde le aguarda una caja fuerte para después de conversar con el juez y el sheriff verle, desde el interior y también en un solo plano, salir del local y alejarse a caballo fuera del pueblo con sus muchachos que le estaban esperando; junto a otras de una gran tensión dramática (la famosa escena de la barbería) y algunas rodadas de una forma original (el enfrentamiento entre los hombres de Cobb y los del revolucionario mejicano se intuye, más que se ve, a través de una panorámica, conociendo posteriormente el resultado del mismo por los cadáveres que nos muestra en la siguiente escena). Lástima que este nivel de acierto no se dé en toda la película y ruede también alguna escena bastante chusca, como una pelea bufa en una cantina que no sólo rompe el ritmo de la película sino que choca con el tono sombrío del film y no aporta nada al largometraje, salvo el lucimiento acrobático del protagonista.
Para redondear el spaghetti nos encontramos con una buena banda sonora obra de Armando Trovaioli, aunque también se atribuye a Ennio Morricone, que cuenta con un extraordinario tema principal con protagonismo de guitarras y trompetas. Lástima que no sea lo suficientemente variada.
Por lo que respecta a los actores, a Giuliano Gemma, convertido ya en uno de los grandes iconos de este subgénero gracias al éxito obtenido con los dos Ringos, la recientemente comentada “Un dólar agujereado” y “Arizona Colt”, que también cuenta con su correspondiente reseña, se le ve muy cómodo en el papel de Ted Barnett el típico falso culpable. Un personaje que, además, le permitirá evolucionar a lo largo del film, ya que mientras al principio se mostrará como un ser vengativo, a medida que avanza la película irá creciendo en él la idea de hacer justicia. En este sentido creo que se debe entender el enfrentamiento final entre Ted y Cobb en el que la estrella de sheriff, símbolo de la ley y el orden, cobra una importancia fundamental. Junto a él, y como un rasgo de cierta originalidad para ser un spaghetti, nos encontramos con dos personajes femeninos que no se limitan a ser elementos pasivos en la historia. Así Gabriella Giorgelli, a la que he podido ver en “La bestia” y “Los cuatro de Fort Apache” (ambos filmes también cuentan con sus oportunos comentarios), da vida a Dulcie un personaje fuerte en la línea de los protagonizados por mujeres en las películas de Howard Hawks; mientras que la habitual en los spaghettis Nieves Navarro, aquí Susan Scott, encarna a Dolly, la típica mujer fatal del cine negro que todavía enamorada de Barnett, jugará un papel decisivo para probar su inocencia, consiguiendo al final redimirse. Además contamos con dos malos de gran categoría: Francisco Rabal, en una de sus escasas apariciones en este subgénero, en el papel del pérfido sheriff Douglas casado con Dolly, y Conrado San Martín como Cobb, un megalómano magnate, llega a pronunciar la frase “El estado soy yo”, traficante de armas y cerebro de la operación que llevó a la cárcel a Barnett. Junto a ellos, en un papel cómico que no me terminó de gustar, Manuel Muñiz Pajarito da vida al doctor Pajarito, el típico charlatán y, junto a Dulcie, uno de los escasos apoyos con lo que contará Barnett en su afán por descubrir la verdad.
Como anécdota señalaros que, en un guiño a la película “Una pistola para Ringo”, inicialmente el largometraje se iba a titular “Angel Face”.
Por último comentaros que un año antes, aunque por lo que he consultado se estrenó con posterioridad a ésta, los hermanos Balcázar (Jaime Jesús en la dirección y Alfonso en la producción) que habían “prestado” su Esplugues City para la realización de este largometraje, pusieron en pie “Cuatro dólares de venganza” (también reseñada en este blog), película en la que también se puede apreciar, incluso con más claridad, la huella de la inmortal novela de Alexandre Dumas.
En resumen, una agradable película que no defraudará a los aficionados a este subgénero, y constituye el típico producto protagonizado por Giuliano Gemma que, a falta de ver “Sella d’argento” y la de Tex, creo se caracterizaba, por lo general, por su solvencia económica, por contar historias interesantes y por un acabado formal notable, en las que éste mostraba no sólo sus aptitudes como actor sino también sus cualidades gimnásticas, y en las que desarrolló un personaje más amable y agradable bastante alejado del prototipo de antihéroe del spaghetti.
PUNTUACIÓN:
AMBIENTACIÓN: 7
DIRECCIÓN: 7
ACTORES: 7
MÚSICA: 7
MEDIA: 7
Un misterio que no he conseguido resolver es lo del título en otros idiomas, donde lo llaman Facciadangelo o Angel Face. Supongo que será lo que comentas de que de la película se iba a ocupar Tessari. Me gusta mucho tu reseña, Jesús, aunque yo veo la banda sonora perfecta (éste sí que es uno de los hits de Giuliano, casi casi mi favorito, que es difícil decir). Cuenta con dos malvados de ilustre nombre, Conrado Sanmartín y Paco Rabal y dos chicas perfectas, como apuntas, Nieves Navarro de "femme fatale" y Gabriella Giorgelli, cuyo papel aquí siempre me ha encandilado desde pequeñita (por su bravura y sencillez).
ResponderEliminarPues aquí en Chile esta peli se llamó "Cara De Ángel" :-)
ResponderEliminarMuchas gracias Belane.
ResponderEliminarEchoes, como señala Belane, lo más lógico es que ese título se deba al hecho de que como inicialmente iba a ser dirigida la película por Tessari, además de estar protagonizada por Gemma, llamándola "Angel Face" establecían un cierto nexo con "Una pistola para Ringo" y aprovechaban su éxito.
En Portugal se llamo "Os longos dias da vingança", traducción directa.
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Pedro Pereira
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